El capítulo contiene menciones sobre desórdenes alimenticios y bullying.
Era un día bastante soleado para ser invierno, la fría brisa chocaba contra su rostro y la fuerte luz hacía que entrecerrara los ojos. Tocó el timbre de la casa, sosteniendo el ramo de flores azules contra su pecho, respirando lentamente mientras trataba de controlar su nervios.
Suspiró cuando la puerta se abrió, negándose a a si quiera mirarlo.
—Hola.—susurró Jungkook, sorprendido por la repentina visita.
—Hola.—dijo Yoongi de igual manera, sintiendo los intensos ojos del contrario analizarlo.
Habían pasado tres meses desde la última vez que se vieron. Yoongi necesitaba tiempo para pensar y Jungkook decidió ceder, quería que su novio acomodara todas las cosas que rondaban por su mente. Espero paciente, enviando mensajes continuamente preguntando cómo se encontraba, cómo iban las cosas con la universidad, si dormía las horas suficientes y comía adecuadamente.
Yoongi trató de mantenerlo lo más informado posible, su madre no le permitía usar tanto el teléfono o andar en internet, no era sano para él, nunca lo había sido y menos en esos momentos. Solo pudo responder los mensajes Jungkook durante la primera semana. El mayor tomó la decisión de internarse, todo con el apoyo de sus padres y el de su novio.
No fue fácil para el menor, no había noche en la que no se durmiera pensando en Yoongi, en qué tan bien estaba llevando la situación. La señora Min se encargaba de visitarlo al menos dos veces a la semana, manteniéndolo al tanto de todo, siempre prometiendo que su hijo volvería lo más pronto posible, que era menos grave de lo que parecía. En una de aquellas visitas, Jungkook se enteró de que no era la primera vez que internaban a Yoongi.
Sucedió cuando tenía 13 años y una de las profesoras en su escuela lo descubrió induciendose vómito en los baños; en ese entonces tenía sobrepeso avanzado y era molestado diariamente por sus compañeros. Su madre tenía miedo de internarlo siendo tan joven e inocente, se suponía que Yoongi tenía que vivir una vida tranquila y plena como cualquier otro niño de su edad, no en un lugar de ambiente triste y visitando psicólogos cada semana.
Fueron seis meses. Seis largos y duros meses para la familia Min. Jeon durmió entre lágrimas esa noche.
Yoongi parecía estar mucho mejor después de aquel inconveniente, y así fue por mucho más tiempo a pesar de que seguía siendo molestado en la escuela, ya no se culpaba por nada e ignoraba las miras despectivas. Hasta que cumplió 18 años y conoció Jungkook, formando una relación después de dos meses de conocerse.
Las inseguridades volvieron de a poco.
Jungkook era un chico muy popular, llamaba mucho la atención y al estar con él, Yoongi también lo hacía. Las personas lo encontraban inusual, alguien tan atractivo siendo gay y además saliendo con el gordo marginado. Las cosas tomaron un mejor rumbo cuando entró a la universidad. Conoció a muchas personas y comenzaba a sentirse más aceptado.
Pero crecer conlleva muchas otras cosas. Intimar con su novio fue un gran paso para su relación, pero también la decaída de su salud mental.
Su cabeza jugaba suciamente, siempre poniendo en duda el amor que Jungkook sentía por él, siempre comparándolo con los demás a su alrededor, distorsionando sus pensamientos y destruyendo su autoestima. De repente ya no se sentía a gusto con ser tocado o observado por su novio, quería esconderse en su habitación. Tuvo la valentía que hablarlo con sus padres y hacer lo que era mejor para si mismo.
Y ahí estaba, después de tres meses, parado en el umbral de la puerta, luciendo completamente diferente a como Jungkook recordaba. Su cabello era rojo, se veía mucho más delgado, pero manteniendo sus mejillas rellenas. Vestía ropa ajustada por primera vez en toda su vida y no cubría su papada con bufandas.
—Yoonie...—dijo con la voz entrecortada. Sus ojos brillaron por las lágrimas que comenzaban a acumularse rápidamente. El nombrado por fin se dignó a verle, sonriendo leve mientras le entregaba el ramo. Con mucho cuidado lo tomó entre sus manos—Dios, yo...—suspiró riendo nerviosamente.—te extrañé mucho, Yoonie, no sabes cuánto.
Habría preferido no echarse a llorar tan rápido, pero le fue imposible. Yoongi le observaba con tanto cariño, su corazón se estrujaba con cada segundo que pasaba.
—Yo también te extrañé, Googie.—sus palabras salieron como suaves caricias de su boca, haciendo que el interior de Jungkook se volviera cálido.
—¿Googie?—preguntó mientras que el contrario limpiaba sus lágrimas con las llemas de los dedos delicadamente. Su toque hizo que sus mejillas se sonrojaran.
—Googie.—respondió Yoongi, abrazándolo con fuerza, escondiendo su cara en el pecho del menor. Inhaló su colonia, dándose cuenta de que incluso había extrañado su característico olor a menta y bosque.—Estás más alto, no es justo. —alzó levemente la cabeza, haciendo un puchero. Jungkook sollozó.—No llores, amor, me harás llorar y no pienso arruinar tu camisa con mis mocos. —se colocó en puntillas para poder alcanzar los labios de su novio, dejando un corto pero significativo beso sobre estos.—Te amo.—volvió a besarlo, está vez con más profundidad, pasando sus manos por el sedoso cabello de Jungkook.
Por un momento sintió que sus pies dejaban el suelo. Los labios de Yoongi seguían siendo igual de suaves y adictivos. Se atrevió a recorrer sus manos por la pequeña silueta del más bajo, sin poder creer que estaba ahí, entre sus brazos.
—Te amo.—susurró sin aliento sobre los labios contrarios, sobrellevado por sus emociones—Te amo mucho, Min Yoongi.
El mayor rió felizmente, besándolo otra vez.
—¿Me vas a dejar entrar?—preguntó divertido.—Me estoy muriendo de frío y tú ni siquiera llevas un abrigo.—golpeó su pecho suavemente.—¡Tienes el cabello mojado, Jeon Jungkook, te vas a resfriar!
Y con eso, se dió cuenta de que Yoongi no sé veía más hermoso que cuando estaba feliz.
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—¿Qué tal la universidad?—preguntó Yoongi, acomodándose sobre el regazo de Jungkook.
Apartó los rebeldes mechones que caían sobre el rostro de su novio, llevaba el cabello algo largo. El contrario se abrazó a su cintura, ocultándose en su cuello y dejando cortos besos sobre este.
—Es horrible.—se quejó.—Nayeon se consiguió una novia y ahora me deja de lado.
El mayor dejó escapar un sonido de sorpresa.
—¿De verdad?
—Si.—respondió, está vez succionado la sensible piel de Yoongi, haciendo que este se removiera.—Extrañaba esto.
—No tuve la oportunidad de conocerla.—murmuró, soltando un pequeño jadeo.—Amor, me vas a dejar todo marcado.
—Lo siento, pero realmente te extrañé.—se excusó, besando la roja marca. Desaparecería en un par de horas, pero para él era suficiente—¿Ya te dije que te amo?
—Mas de mil veces desde que llegué.—aseguró, besando la grande nariz del más alto.—Y yo también te amo mucho, Googie.
Dejó un beso sobre sus mejillas, su frente y por último sobre sus labios, suspirando en el proceso.
—¿Puedes quedarte conmigo esta noche, por favor? Siento que vas a irte otra vez.—Jungkool, susurró gentilmente.—Por favor.
—Si, amor.
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Hola, me pueden tirar piedras si quieren. No tengo perdón ni excusas :(
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Sweeter → KookGi [2] ꪜ
FanfictionMin Yoongi es el lindo y gordito novio de Jeon Jungkook. → historia corta → se tocan temas sensibles como los trastornos alimenticios y el bullying, leer con precaución. » Historia completamente de mi autoría, no se aceptan copias o adaptaciones.