Capítulo 2

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Querétaro cierra los ojos ante el grito de su hermano, mientras se repite lo pendejo qué fue al pensar que la reacción del contrario sería diferente, pero, ¿qué esperaba? Él es uno de los estados más olvidados, que nunca había brillado demasiado desde hace centenas de años, si, era uno de los estados del centro, pero nunca pudo competir contra EdoMex o Puebla y ni hablar de CDMX. La atención en él era bastante nula y la poca qué ganaba era a pulso, deja de lado la pequeña presión en su corazón y vuelve a abrir los ojos levemente, viendo directo a su confundido hermano.

-Buenos días hermano, también es un gusto verte -deja de ver a Jalisco para dirigir su vista al frente, levanta una ceja al ver que en su escritorio hay hasta una prenda de ropa.

-¿Qué-Qué pasó? -preguntó el tapatío con voz lenta y rasposa, rezaba por que posiblemente todo fuera un malentendido, después de todo, podía haber respuestas  a la situación que no implicarán sexo, ¿verdad?

-Pues, cómo te explico carnal, haciendo un resumen, después del castillito fui por un refresco a la cocina donde estabas con una botella vacía de tequila y ya estabas abriendo otra, empezaste a balbucear sobre Nayarit y cuanto lo amas, después de algunas cosas me besaste y bueno, terminamos en mi habitación y no para hablar sobre comercio exactamente -El queretano trataba de no terminar llorando en aquel momento, desde el principio supo que no estuvo bien "aprovecharse" de esa situación, que cuando Jalisco se le acercó debió de alejarse, debió de poner sus sentimientos en un baúl bajo llave y pasar de lado, pero se dejo llevar, recibió aquel beso sabor a tequila qué lo embriago del contrario, que le dio tantita calidez a su corazón, hizo sucumbir a su alma ante un roce que para él estaba prohibido.

-Por Dios, Nayarit va a matarme... -Jalisco frota su rostro con sus manos, hasta la cruda se le había bajado ante los nuevos conocimientos sobre sus acciones, había cometido una estupidez y ahora debía cargar con las consecuencias, pero el baile no era solo de uno, se necesitaban dos, ve a Querétaro con la mirada perdida en el techo del cuarto-. Tú no habías tomado nada, nunca lo haces...

Querétaro sabía lo que daba a entender el otro bicolor, y aunque se le estruja el pecho y siente como sus ojos se cristalizan, aparta la mirada y se levanta de la cama, dejando ver la marca del "Camino Real" que iba desde su cuello hasta su pierna derecha, serpenteando por su cuerpo, grietas se veían por toda la espalda y resaltando en la parte superior antes de llegar a su nuca dos tatuajes, uno lo ubica rápidamente Jalisco como el Tōltēcāyōtl, y el otro se le hace levemente familiar, el querétano se cubre con otra sábana y camina hacia en baño de su habitación, antes de entrar a este y sin voltear a verle  le responde.

-Fue un error mio, me deje llevar, déjalo así Jalisco, olvidemos esto como si fuera agua pasada, yo no diré nada y espero qué hagas lo mismo -Y cerrando la puerta deja al taptio solo y con la palabra en la boca, quería seguir preguntando pero el otro había huido de él, quiso seguirlo pero no tendría caso, para sacarle alguna verdad a Querétaro debía de estar de menos México y nadie más, se había vuelto demasiado cerrado desde hace mucho tiempo, se preguntaba dónde había quedado el alegre estado con hambre de libertad y aventuras, ni siquiera sabía que su hermano era gay, dudaba que alguien lo supiera, o incluso de sus tatuajes y no es que fuera mal hermano sino que los tiempos habían cambiado.

El sonido de la regadera le da a entender que su hermano no saldría de ahí en un buen tiempo, con bastante confusión busca su ropa por el piso del cuarto intentando recordar la noche, pero solo aparecen pequeños fragmentos que no le dejan nada claro, ya vestido se dirige a la puerta del cuarto y abriéndola lentamente asoma primero su cabeza esperando que ninguno de sus hermanos apareciera. Ya viendo que todo estaba más desértico qué el desierto de Chihuahua, se dirige rápidamente a su cuarto, rezando por que nadie lo descubra.

Mientras en el cuarto del estado céntrico solo se escucha la regadera mientras Querétaro esta sentado en el piso del baño apoyado en la puerta de este abrazando sus rodillas mientras lágrimas se escapan de sus ojos, internamente se reprocha lo idiota que fue y que debió saber que esto iba a pasar, que debió ser maduro y pensar fríamente como siempre lo había hecho desde hace algunas décadas, que él mismo se había buscado aquello y que se había llevado a Jalisco entre las patas, que no valía la pena llorar por eso, que no resolvería nada llorando, pero nada evitaba qué los sollozos salieran de su boca.

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Yucatān despertaba con un potente rayo de sol apuntando a su cara, ¿no había cerrado las cortinas?, mueve la cabeza intentando volver a dormir pero el sueño se había largado más rápido qué Tabasco cuando estaban a punto de cerrar los melodramas, abre los ojos lentamente, se soba la cabeza ante el dolor que había dejado la cruda, no volvería a tomar aquella mezcla rara de Hidalgo llamada "Carnavalito". Ni siquiera le había dicho el contrario qué tipo alcohol llevaba esa madre, pero ante las provocaciones de San Luis Potosí había terminado tomándose una garrafa de 5 litros, decidido, no volvía a tomar con su familia (Si claro, como si eso no lo hubiera dicho el años pasado y pasado a ese). Más acostumbrado a la luz ve a su alrededor y se da cuanta qué se encuentra en la sala, más específicamente en uno de los sillones donde solían ver el Football en temporada, cerca de él ve a Oaxaca sin playera y abrazando a lo que supone que es una botella de Mezcal, en el piso están Nuevo León y Tabasco muy abrazaditos a su parecer sobre el rebozo de Tamaulipas.

Le llega en ligero aroma de una comida casera, y para ser exactos "Cochinita Pibil", un aroma que identificaría hasta en su tumba. Se dirige a la cocina esperando ver a Campeche o a México preparando ese delicioso platillo, la casa de gran tamaño estaba hecha un desmadre, uno que seguramente los obligaría México a levantar, por la simple razón de que es su padre. Ya estando cerca de la GRAN cocina, escucha música y pequeñas risitas, extrañado entra en aquel santuario mexicano donde hubiera sido mejor no entrar, aún después de años siente un pequeño pinchazo en su corazón, trata de salir sin ser notado por la pareja pero uno logra verlo antes de su escape.

-Oh, buongiorno Yucatan -Lo cargaba la chingada...

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Bueno, aquí esta el capitulo 2, ya empezando a tomar forma esto :3

Como siempre y gracias a dios cuento con la ayuda de mi editor ElNeito_98

Espero que les guste!!!

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2019 ⏰

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