9. 🕇Buenas Noches, Meruem✴

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"Aun ni siquiera te tengo y ya tengo miedo de perderte amor, es poco lo que te conozco y ya pongo todo el juego a tu favor; no tengo miedo de apostarte, perderte si me da pavor"- S.B.

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El rey retornó con el tablero y al ver a la chica acostada bocabajo en la cama, volvió a sonreír sentía mucha dicha se acercó a la cama en silencio pues al parecer ella no se había percatado de su llegada.
Komugi seguía en silencio acostada jugando impaciente con los mechones de su pelo mientras tarareaba.

Él dejó el tablero en el suelo y se acercó peligrosamente a la espalda de la chica, ella al sentir el gran peso de otro cuerpo sobre ella se alarmó moviéndose lo más rápido que pudo.

— ¡No...

— Tranquila, soy yo.

— ¿Majestad?

— Sí

— Ah, lo siento es que me asustó.

— Mmm lamento eso. — Comentó. — Vamos a jugar.

El rey la tomó de la mano para luego agarrar un par de cojines de la cama para poder acomodarse en el suelo alrededor del tablero. Komugi extendió las manos y el rey le dio las fichas para que comenzara acomodarlas en sus respectivos lugares.

Mientras ella lo hacia con calma tocando cada pieza para colocarla en el lugar indicado pues, aunque ya conocía el juego de memoria estaba muy nerviosa y no quería fallar. Sus nervios se deben al candente intercambio de besos que tuvieron ella y el rey previamente, aunque quisiera dejarlo pasar no dejaba de pensar en eso.

El rey por su parte la observaba en silencio, con una tierna sonrisa de lado sintiendo como un inmenso dolor se apodera de su interior es el veneno de la rosa. Una parte de él quería gritar de rabia por esa treta tan sucia de Netero pero ahora estaba con Komugi, era todo lo que importaba.

Pero al rey lo angustiaba otro problema ¿Cómo haría para que ella se salve una vez que el muera? Seria muy egoísta pedirle que se quede y si se queda ella morirá. No podría soportar perderla, la sonrisa del rey se menguo, pero no dejo de mirarla.

—Se siente como si no hubiésemos jugado en años majestad. —Dijo Komugi sacándolo de sus tristes pensamientos.

— Mmm.

— Jugar en la vida real es muy diferente que hacerlo en mis sueños.

— Entiendo, tu juegas hasta en tus descansos nocturnos.

— Es que el gun-gi mi vida majestad, al tal punto que solo pienso y sueno con ello.

— ¿Solo suenas y piensas en el juego? ¿No piensas en nada o... nadie más? — Cuestiono él provocándola jocoso.

Komugi pestañó un par de veces confundida pero luego al entender la pregunta del rey su cara se puso roja y mordió sus labios algo apenada, Meruem disfruto cada segundo de esa reacción.

— Bueno, ya no juego sola... en mis sueños hay otro jugador a mi lado. — Comento por lo bajo.

— ¿Entonces suenas con ese jugador también?

— Si... desde que lo conocí.

— ¿Y él logra ganarte alguna vez? — Volvió a cuestionar con ese tonito jocoso rayando a lo seductor.

— No sé, nunca terminamos el juego en mis sueños.

— ¿Ah no? ¿Por qué?

— Porque comenzamos a b... ¡Nada! ¡Nada importante! — Comento alterada.

Buenas Noches, MeruemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora