Capitulo 4 ☆

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Magnus sacó su cabeza castaño por la puerta esperando ver a Lightwood caminando cerca del pasillo, más específicamente, cerca de su habitación. Corrió hacia adentro en el momento que vio al mayor salir de la ducha con su ropa ya puesta y una toalla al rededor de sus hombros.

Marcó rápidamente el número de Imasu, golpeteando su pie impacientemente contra el piso de madera. Tampoco era como si realmente quisiera hablar con Imasu, le seguía pareciendo un tipo muy pesado, pero desde el día que descubrió que la manera perfecta de llamar la atención de Alexander era dando celos, había estado constantemente haciendo exactamente eso.

Primero había coqueteado con el mismo tipo que había mirado sus piernas, apoyando la mitad de su cuerpo en el escritorio del chico, ni siquiera había escuchado lo que le estaba diciendo, solo se limitaba a asentir, mirando disimuladamente sobre su hombro la oficina de Alexander quien tenía su mirada fija en ellos. Esperando que el tipo hiciera algún
movimiento que le pareciera a él demasiado coqueto para ir y tomar a Magnus entres sus brazos para después besar sus labios regordetes asegurándose que el hombre estuviese observando.

Después, en el centro comercial con su hermano presente pero muy ocupado comprando como para prestarle atención, vio como un hombre demasiado mayor como para fijarse en él, lo observaba desde el puesto de McDonald's, percatado de que Alexander estuviese observando absolutamente todo, le guiñó uno de sus  ojos verde-dorado, a lo que el tipo sonrió mostrando sus dientes amarillentos por el tabaco. Comenzó a acercarse a ellos. Alexander rápidamente tomó al menor por la cadera, poniendo como la excusa de que su hermano lo llamaba, se lo llevó de ahí.

Y ahora, se encontraba ahí, escuchando la voz aburrida de Imasu, contando cosas que a él no le podrían importar menos. Cosas como que pronto se iría de vacaciones con sus abuelos y otras tonterías que el Castaño no oyó porque realmente no prestaba atención.

"Sí, sí, Imasu. Muy interesante" lo cortó antes de que le contará alguna otra anécdota aburrida. Se asomó disimuladamente una vez más fuera de su habitación asegurándose que Alexander esté allí. Quien se encontraba casi parado al lado de la puerta del menor
fingiendo buscar algo en el piso. "Quería saber si querías venir hoy a mi casa" casi gritó las palabras para que Lightwood las escuchara, pero con lo cerca que estaba de su habitación estaba seguro que aunque lo hubiese murmurado el mayor lo habría escuchado de todas formas.

"¿Me lo dices de verdad?" Respondió tan felizmente Imasu que Magnus se sintió mal un momento por estar usándolo para provocarle celos a Alexander. "¡Claro que quiero!" Rió contento. ¿Tan enamorado estaba de Magnus que se ponía feliz por una simple invitación a su casa? "Estaré allí en diez minutos" después de ello, cortó la llamada antes que Bane pudiera decir otra cosa.

Mirando la pantalla de su celular un momento para asegurarse que había cortado, salió de su habitación, encontrando al pelinegro aún parado de su puerta con la vista fija en el piso. Se le notaba tenso, con la mandíbula apretada y su entrecejo fruncido.

"¿Qué pasó, Alexander? ¿Se te perdieron los lentes de contacto o algo parecido?" Se burló el menor, a sabiendas que Alexander no utilizaba lentes de contacto, si bien estaba corto de vista y no le gustaba usar sus lentes, se le hacía muy incómodo eso de tener que ponerse cosas en los ojos. De igual manera se vería sexy con sus lentes. Todo le queda sexy, pensó Magnus.

"No vas a traer ningún amigo a mi casa, Magnus" respondió, ignorando completamente la anterior pregunta irónica del chico.

"¿"Mi casa"?" Preguntó divertido el menor, toda esa situación le parecía muy divertida. Alexander celoso le divertía. Y calentaba. "Que yo sepa es la casa de mi hermano también. Además, a ti qué te importa lo que hago, yo puedo traer a todos los amigos que quiera" cruzándose de brazos, agregó: "Si quiero puedo hacer una orgía con mis amigos"

 Membalas Alexander┇(follame, Alexander)⇢Malec. (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora