¿Semanas o Meses Despúes?

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Ya no distingo la cantidad de tiempo que llevo aquí solo mirando las paredes. Francis viene cada cierta cantidad de días a visitarme, a veces me pregunta como estoy y otras solo se queda en silencio observándome, cuando se me ocurre comenzar a preguntarle sobre lo que hace, deja de hablarme por un par de días.

En ocasiones he oído a Darin gritar pero luego de sus gritos todo queda en silencio por mucho tiempo y eso me hace sentir pánico; Susan parece ser la guardiana de Francis y nuestra carcelera personal.

Abro los ojos y me levanto de la cama, él grillete ya no está en mi pie, pero la puerta sigue con llave y como dijo Francis no me ha violado y desde aquel día no a vuelto a intentar besarme o propasarse, cepillo mis dientes en el pequeño baño que hay dentro del cuarto, luego tomo una toalla y me meto bajo el agua fría que se lleva algunas de mis preocupaciones como el hecho de como saldré de aquí, si no he tenido oportunidad de engañarlo con nada. Salgo del baño envuelta en la toalla y me encuentro de frente a Francis que espera sentado sobre la cama, sus ojos recorren mi cuerpo haciéndome sentir cohibida estoy por volver dentro del baño cuando escucho su voz.

— No te vayas, quedate ahí. — Me quedo inmóvil en el lugar girándome lentamente hasta quedar frente a él.

Francis recorre mi cuerpo sin emitir palabra alguna y mientras siento como la sangre llega a mis mejillas más rápido de lo normal, él vuelve a hablarme.

— ¿Sabes cuando fue la primera vez que te vi? — Pregunta él mientras yo niego con mi cabeza.

— En el centro comercial, ibas con unos jean muy ajustados y una camiseta negra entallada... se te veía muy bien, un hombre estaba a tu lado e intentaba tomar tu mano cada cierto tiempo, tu te habías dado cuenta y lo evitabas a toda costa hasta que en un momento te fuiste sin decir nada, te seguí, fuiste al cementerio y lloraste un buen rato porque estabas sola, los necesitabas y el tipo era un estúpido al parecer, te veías tan dulce, tierna e indefensa que jure que te amaría por siempre, que te cuidaría aunque tu no quisieras, aunque intentaras escapar de mi, te traería de vuelta a rastras si fuese necesario, porque eres todo lo que estaba buscando Arlett... mi Arlett. — Francis se pone de pie y camina hacia mi poniendo su mano sobre la mia.

— Arlett eres mi vida, mi vida entera y quiero que entiendas que tenemos que estar juntos, desde ese día, no te he dejado sola ni un solo momento, espere por ti pacientemente.

— Eres un asesino. — Susurro llamando los ojos de Francis hacia los mios.

— No lo soy.

— ¿Cuantas personas has secuestrado, a cuantas has matado?, estas loco. — Él aprieta mi mano y jala mi cuerpo hasta la cama donde se sienta y me posiciona sobre sus piernas.

Intento levantarme rápidamente pero este me sujeta fuerte acercando su boca a mi cuello.

— Arlett te he dado mucho tiempo para que seas mi mujer, ¿Estás lista? — Un escalofrío recorre mi espalda.

Al no escuchar respuesta alguna de mi parte Francis pone su mano en mi pierna mojada y la prieta ligeramente.

— No, no, no por favor no. — Suplico mientras distingo una sonrisa por el rabilo de ojo de parte de mi acosador.

— Te tardaste demasiado en contestar. — La mano de Francis sube por mi piel húmeda en dirección a mi sexo.

Suelto uno de mis brazos de su agarre y sujeto su mano con fuerza impidiendo que llegue a donde pretende, pero este de inmediato me empuja y aterrizo de lleno contra el suelo, siento como tira de mi toalla e intento detenerlo pero finalmente me la arrebata, rápida me levanto del piso y corro hasta la pared donde apego mi trasero y con mis manos cubro mi pecho y sexo.

MENTAL (Historia Corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora