Si voy a contar esta historia será a mi manera, sin censura y sin omitir ningún pensamiento al hacer todo lo que sucedió; cabe mencionar que no me arrepiento de nada, todo lo hice con una razón y las personas involucradas se lo merecían. Me hicieron daño y merecían ser dañados; tenía que tomar justicia por mi propia cuenta, nadie, absolutamente nadie, podía quedar impune.
Las personas somos demasiado crueles y todos tenemos que pagar por nuestros actos, así que comprendo completamente las consecuencias que me han traído los míos, pero estoy contento con la satisfacción que me trajeron y eso jamás lo podrán borrar, ni siquiera con los medicamentos prescritos en mi receta.
Nada puede cambiar lo que somos, en cuanto los dejemos volveremos a ser exactamente quienes éramos antes de consumirlos. Las personas modificamos nuestra actitud para crearnos una máscara y así pensar que no somos tan malos.
Pero seguimos sin entender que esta máscara es peligrosa, nunca somos completamente conscientes de lo que somos capaces de hacer y cuando nos encontramos en situaciones difíciles reaccionamos de una manera que absolutamente nadie cree que haríamos.
Cuando mostramos lo que somos verdaderamente, la gente nos rechaza, son duros y nos tachan de psicópatas. Pero lo que ellos no ven es que sólo somos personas que no sentimos miedo de ser juzgados por hacer lo que queremos, personas que sólo protegemos nuestros intereses a toda costa, sin importar las consecuencias.
Cuando era normal, según la sociedad, era el chico ejemplar que todos padres quisieran tener como hijo, que toda chica quisiera como novio, el perfecto amigo; nadie se imagino que tuviera toda esta mierda en la cabeza. Siempre fui el primero de la clase, el de la vida perfecta. Pero un día me di cuenta de todo, no podía seguir así, no podía seguir exigiendome tanto para no decepcionar a los demás y que ellos si lo hicieran conmigo. Nunca debí poner a los demás por encima de mi, no sabía ser egoísta, no sabía pensar en mi. Siempre estuve preocupado por los otros, haciendo favores a diestra y siniestra, sin pensar si me afectaba o no.
Bueno, pero la pregunta realmente es ¿un psicópata nace o se hace? Muy buena pregunta, merece una gran respuesta, no sólo es de elección, si no, de meditación. Por ejemplo un caso en el cual una pequeña de 4 o 5 años aproximadamente de edad, le gusta clavarle alfileres a sus mascotas e incluso a su hermano menor, llega a un punto en el cual hay que encerrarla por la noche, ya que, ha manifestado deseos de matar a sus padres durante la misma. Si estudiamos el caso sólo con la información dada, damos por sentado que la pequeña nació con una psicopatía, pero si nos ponemos a investigar más a fondo, la niña fue adoptada. Su padre biológico abusaba de ella de diferentes maneras, por lo tanto la niña creció sin ninguna muestra de afecto, esto fue un desencadenante de su psicopatía. Entonces..., ¿un psicópata nace o se hace? Yo pienso que se hace, sin embargo lo dejo a su criterio.
Me gustaría decir que las personas afectadas no tenían nada que ver conmigo. Pero sería una mentira. Creo que todos en algún momento de nuestra miserable existencia, hemos tenido cierto tipo de rencor hacia nuestra familia, ya sea un tío, una prima, un hermano ó en algunos casos, nuestros padres. Pero para cada acción hay una consecuencia, tengo entendido eso. Así que sin más preámbulos comenzaré a contar mi historia.
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Detrás de mi.
Mystère / ThrillerGerardo siempre fue un chico normal o al menos eso creían todos, jamás imaginaria que alguien fuese capaz de cosas tan atroces, él siempre fue un chico amoroso con su novia. Siempre fue un caballero ante toda mujer que el conociera, solo bastaba un...