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Jungkook no era tonto, él lo sabía.

Taehyung lo engañaba.

No había otra explicación para las marcas en el cuello del mayor, para las horas que pasaba fuera de casa, para las excusas que le decía cada vez que llegaba tarde y por la lejanía que mantenían, a pesar de vivir juntos.

Suspiró con tristeza y apoyó la palma de su mano en el vidrio, sintiendo lo frío que estaba por culpa del bajo clima y la lluvia que había afuera.
Sentía que el cielo lo entendía y lloraba junto a él, haciéndole compañía.

Si bien Yoongi se había ofrecido a acompañarlo, él se había negado. No era capaz de mirarle a los ojos sin comenzar a llorar y sentirse culpable por todo lo que le escondía.

Mentir era algo que odiaba, le desagradaba, pero no tenía otra opción. Prefería mentirse así mismo y decirse que todo estaba bien, que Taehyung no le mentía y mucho menos lo engañaba. Prefería pensar que Taehyung estaba cada vez más ocupado entre su trabajo y la universidad no porque parecía pasar el tiempo con Hoseok a escondidas de él.

Le dió un sorbo a su té, que a pesar de ser dulce, lo sintió verdaderamente amargo. Tragó y acercó su mano a su rostro secando una lágrima que caía de su ojo. Odiaba llorar, sobre todo porque sentía que en vez de aliviarlo lo angustiaba mucho más. Secó otra lágrima que caía y volvió a llevar la taza a sus labios, bebiendo otra vez, intentando ahogar su tristeza en aquel líquido.

La puerta del departamento sonó avisando que Taehyung ya había llegado. Seguía mirando por la ventana, sintiendo las pisadas en su dirección de fondo. Antes de girar su rostro unos fuertes brazos lo rodearon por la cintura y un beso fue depositado en su mejilla.

Pudo sentirlo perfectamente, el perfume de Hoseok estaba impregnado en el cuello de Taehyung. Lo reconoció ya que cuando se acercaba a Hoseok sentía la misma fragancia, incluso cuando se acercaba a Yoongi.

Entonces su teoría era cierta, Taehyung había pasado toda la tarde junto a Hoseok y ni siquiera fue capaz de avisarle que llegaría tarde. Se mordió la lengua impidiéndole reclamarle al mayor porque no se sentía con el suficiente ánimo de empezar otra discusión el mismo día.

— Me iré a bañar, estoy muy sudado a pesar del frío que hace. –Taehyung se alejó de su lado, dejándolo solo nuevamente.

Jungkook sabía el porqué Taehyung decía estar tan sudado, pero prefería no imaginarlo para no dañarse más de lo que ya estaba. Le era suficiente con esa información y el perfume de Hoseok en el cuello de su novio.

Su teléfono sonó, y al ver el nombre de quién era responsable de la llamada su corazón se quebró un poco más.

"Yoongi hyung"

Silenció la llamada y guardó el celular en su bolsillo nuevamente, no sé encontraba de ánimo para hablar con nadie en esos momentos. Tomó la taza vacía y se dirigió a la cocina dispuesto a lavarla y guardarla en su lugar, pero se detuvo frente a la nevera, admirando la foto que había pegada en ella. Él junto a Taehyung, Hoseok y YoonGi lucían con unas sonrisas inmensas y brillantes, con el mar de fondo. Recordaba ese día a la perfección, Taehyung junto a Hoseok les habían preparado esa sorpresa a él y a Yoongi solo para celebrar los diez años de amistad que llevaban todos.

Entonces las lágrimas volvieron a caer, tuvo que dejar la taza en una encimera y afirmarse en ella para no caer al piso, sintiendo como de pronto su alma ardía de la tristeza y la impotencia, una mezcla de sentimientos y sensaciones que no le agradaban en lo absoluto, pero que no podía evitar.

Se preguntaba cómo era posible que Hoseok y Taehyung lograrán actuar con tanta normalidad cuando estaban los cuatro reunidos, cómo lograban no levantar sospechas y hacer que sus acciones parecieran acciones amistosas, ni con dobles intenciones de tocarse o estar más cerca el uno del otro.

— ¿Estás bien? –La voz lo sobresaltó. Se giró y se encontró con el rostro preocupado de Taehyung quien lo miraba desde la puerta de la cocina, tenía el cabello mojado y vestía su pijama de osos, pero eso no fue lo que llamó la atención de Jungkook.

Taehyung tenía dos marcas moradas bastante claras en su cuello, y él no era el creador de ellas porque Taehyung siempre le decía que le desagradaban los chupones.

Entonces se dió cuenta que Taehyung le había mentido con eso también, y el torbellino de emociones que sentía creció, haciéndose notar con más fuerza, apretándole el pecho con tal fuerza que sentía que se ahogaba a pesar de que seguía respirando con normalidad.

— Ajá. –Respondió, girándose y fingiendo buscar algo por los estantes. El silencio volvió a reinar y el ambiente se sentía cargado e incómodo desesperandolo un poco más. Pensó que Taehyung se había ido pero lo vió por el rabillo del ojo apoyado contra el marco de la puerta y con la cabeza fija en el suelo.

— Lo olvidé, lo lamento.

— ¿Olvidar qué? –Preguntó, deteniendo su falsa búsqueda, aunque no se giró. Apoyó ambas manos en la encimera y esperó paciente la respuesta.

— Avisar que llegaría más tarde, lo siento por eso. –Taehyung rascó su cabeza, bastante apenado.

— Ah, eso. –Respondió con desilusión.— No te preocupes, estabas demasiado ocupado, supongo. –No se preocupó de su tono o de sus palabras, sabía que Taehyung no entendería el doble significado de sus palabras, o quizá sí y prefería callar.

— La verdad es que sí, hubo más movimiento en la tienda –Le dolió entender esas palabras, pero no lo demostró, se giró lo más serio que pudo y atravesó la cocina pasando al lado del mayor al salir de ésta.

— Estoy cansado, así que me iré a dormir. –Avisó a mitad de pasillo y entró en la habitación cerrando la puerta. Corrió al armario y lo abrió, sacando de adentro aquella caja que tan bien envuelta estaba.

Obviamente Taehyung había olvidado que ese día era su aniversario, Jungkook mantenía la esperanza de que lo recordara en algún momento, incluso se hubiera sentido feliz con un corto mensaje o una flor pequeña, pero eso no lo obtendría.

Guardo la caja en algún rincón donde no fuera visible y camino hasta la cama, metiéndose rápidamente bajo las sábanas y ahogando sus lágrimas en la almohada. Se preguntaba por qué se permitía aguantar tanto dolor y la respuesta le era más que clara; amaba a Taehyung demasiado y en el fondo esperaba que Taehyung cambiará, aunque posiblemente eso no pasaría.

No fue hasta horas después, cuando él ya dormía profundamente, que Taehyung entro a la habitación dispuesto a dormir también. Se sentó en el borde de la cama y dejó su teléfono en la mesita de noche, mirando de pasó el calendario que tenía, y su cara cambió.

"¡¡Aniversario!! Llevar a Jungkook a su restaurante favorito." Se leía claramente bajo el número del día en el que estaban, desvío su vista hacia el menor y su corazón se encogió de la tristeza. Sabía que Jungkook había estado esperando por eso, sobre todo porque había sido el menor el de la idea y lo había escrito en su calendario. Recordó la sonrisa que tenía Jungkook mientras escribía su idea y se sintió el ser más miserable que alguna vez había pisado la tierra.



ENGAÑO [VKOOK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora