Rutina

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Estábamos todos sentados alrededor de esa mesa frente los cuerpos sin vida encima de ella. Sin nada que decir. El asesino estaba entre nosotros, no había nada ni nadie que se salvara de esa masacre.

10 de enero de 1987 Un día típico de invierno, donde los días son muy cortos y las noches demasiado largas.
Son las 6 a.m. y, como todos los días, tengo que ir a mi oficina para trabajar y así poder llegar a fin de mes. Pero hoy se asignaría un día para el final de muchos de nosotros.

Salgo de casa, con mis auriculares puestos, quieras o no, esto siempre ayuda a un lunes de mierda. Observo a la gente, todos con su rutina monótona y triste de cada día; nadie mira quién pasa pòr su lado,están demasiado ocupados atormentandose de soluciones para todos sus problemas y lo único que les importa es llegar a su destino.

La oficina, está situada en un callejón entre el centro comercial y Remy, la mejor cafetería de todo Oviedo. Llego unos minutos tarde, como cada día, por culpa de ese delicioso café que me necesita todas y cada una de mis mañanas, o más bien, yo a él. Subo las escaleras estrechas iluminadas por los primeros rayos de sol indicándome la llegada de un nuevo día; cada escalón que subo, cruje y que aunque os pueda parecer extraño, me encanta.

Todo lo que sucedió con el n.13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora