ANDREW.
De ninguna manera, no puede ser. Acaba de entrar Maggie y está sola y sonriente, creo que es mi oportunidad, además es la única mesa libre; la tranquilizaré diciendo que no es una cita aunque sea todo lo contrario.
- Hey Maxx- Maggie me miró estupefacta.
- Em... hola- se había puesto toda roja, lo que me hizo sonrojar no sé por qué.
- ¿Puedo sentarme aquí?- pregunto con una sonrisa.
- Pues claro, estamos en un país libre aún, a menos que nos invadan los extraterrestres claro.- dice ella.
- ¿Qué te trae por aquí? No pareces ese tipo de chica que sale todos los viernes sola.
- ¿Quién te dijo que estaba sola eh?- pregunta algo enojada.
- Pues te vi entrar.
Me mira enojada. - Puedo estar esperando a alguien.
- No lo creo, sino no me hubieras dejado sentarme aquí- Me encanta pelear con ella, no sé por qué, sus ojos chispeaban.
-Bueno, el punto es que estoy celebrando.
-¿Qué cosa si se puede saber?
- Me consiguieron un trabajo en una empresa de genética- dijo con una sonrisa que podría iluminar hasta el día mas oscuro, suena raro decirlo pero parece que me estoy convirtiendo en un poeta.
- Felicitaciones, yo pago la cena.
- De eso nada.¿Qué te parece mitiad y mitad?. Bueno que vas a ordenar tengo hambre.
-JAJAJA tu siempre tan directa. Veo que Maggie quiere decir algo pero la interrumpe la camarera, se ve que es algo orgullosa.
-¿Qué van a ordenar?- Dice la camarera inclinando sus pechos descaradamente sobre mi, veo o me parece ver una chispa de furia en los ojos de Margaret.
- Queremos una cola y media pizza de pepperoni y ... digo mirando expectante a Max.
-...doble queso y una botella de agua.
- Buena elección- digo.
- Genial, ahora vuelvo dulzura- dice la camarera guiñándome un ojo.
-Bueeeno Maggie, me gustaría conocerte un poco más-digo.
- Maggie...- me mira sorprendida- hace mucho que o me llaman así, solía hacerlo mi madre.
- ¿Decía?... ¿Qué le pasó?- pregunto.
- Seré breve- dijo mientras bajaba el cuello de su remera del lado izquierdo,trato de concentrarme, ¿qué quiere que vea? su llamtiva clavicula, desearía dejarle un chupetón ahí pero veo que hay uno o... me acerco más a ella, huelo su fragancia a frutas y veo una cicatriz del tamaño de un botón.
-Parece...
- Si lo es- dice mientras sube su remera- es un disparo.
Cielos!
- La bala me atravesó mientras unos hombres nos robaban cuando tenía unos catorce años.
- Oh lo siento tanto, parece que te sientes culpable.-me mira con los ojos llorosos- nunca pensaste que tu madre te considerara una heroína.
MAGGIE.