Who Are You?

T

—No quiero que te alejes de mí.
Te amo tanto, a tu lado no le temo a nada. Por favor, no hagas esto. No quiero ocultarlo más.

—Tengo miedo. Debo alejarme. Si llegan a enterarse, serás dañado.

—¿Qué crees que estás haciéndome tú?

Abrió los ojos, despertando de aquel sueño gracias al celular que sonaba a su lado.
¿Cuándo se había dormido? Se sentía pesado y su cabeza dolía. ¿Habría llorado hasta el cansancio?

Oh, cierto, el celular sonaba.
Se estiró hasta él y lo tomó, atendiendo.

—¿Diga?

—¿Taehyung? ¿Estás bien? Yoon te llamó y no le atendíste.

—Hobi.. —se sentó —Hobi, perdón. —rascó su nuca —Me... Quedé dormido.

—Está bien. Quiere saber si vendrás a ayudar. Sólo nos quedan algunos muebles.

—Oh, sí, sí. Iré en un minuto.

—¡Gracias! Aquí te esperamos.

Se despidió y colgó.
En el suelo aún estaban las cartas. Suspiró, las leería al volver.

"¿Qué crees que estás haciéndome tú?"

Las palabras de aquel recuerdo resonaron en su cabeza.

¿Recuerdo? Fue un sueño, no un recuerdo.
Se reprendió.
Pero, entonces ¿por qué lo oía tan nítido? Si era un sueño, ¿por qué sabía lo que se dirían luego? ¿Por qué esa voz era tan similar a la suya? ¿De quién era esa otra voz?

"—¿Qué crees que estás haciéndome tú?

—Taehyung, por favor...

—Si te vas, no quiero que vuelvas.

— Por favor, no hagas esto, sabes que yo-"

—... Si te vas, olvidate de mí, Jungkook... — frunció el ceño, siguiendo el diálogo que se marcó en su cabeza. — ¿Por qué dije eso? —se levantó y despeinó sus cabellos —¡¿Qué me está pasando?! — aspiró aire en busca de calma — Debo ir a ayudarlos. Claro... La casa, debo volver a esa casa.

Sin más, salió de su departamento, directo a la que sería la nueva casa de Yoongi y Hoseok.

—♥️—

Wheein limaba sus uñas mientras hacía guardia fuera de la casa nueva. Esperaba a que los hombres llegaran, sentada en una cómoda silla.

—¡Whee! —un jadeante Taehyung llegó hasta ella.

—¿Tae? Uhm, aún traes la ropa de ayer — se inclinó y olfateó — ¿siquiera te bañaste anoche?

—Necesito subir al ático. —se apresuró hacia la entrada.

—Ya no hay nada ahí arriba. Todo lo que había en la casa, está aquí en la vereda. —señaló. — En serio, Tae, ¿te bañaste?

—Noup — se acercó a las cosas y empezó a revisar.

—Aish, los hombres son tan sucios. —siguió con su manicura. — Tae, ¿qué buscas?

—Respuestas... Pero no hay mucho aquí. —siguió revolviendo. Entre todo eso, no había más que algunos cuadros, muebles viejos y rotos, y algunas revistas desechas.