4. Pseudoetopeya de un alma en desgracia

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Horadando está la congoja,

muy profundo en mi razón,

no se detiene ni se antoja

de latir una ilusión.

Campantes están los demonios

contemplando su obra maestra

de finos detalles manifiestos

sobre angustia en la palestra.

Inservibles son las manos

que se agachan para ayudar,

es demasiado el peso

que se proponen levantar.

El aliento de la muerte

sopla una suave canción,

que de escuchar atentamente

se encomienda al corazón.

Comprometidos están los cuervos

que ansían la putrefacción de mi mente

descompuesta por pensamientos,

caóticos, corrosivos, resistentes.

La extinción asecha las riberas

del lago de sangre y lágrimas,

derramado sobre mis bagatelas

de apariencia sobrehumana.

Versos, frases, intentos de poemas y pensamientos varios de Allis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora