Say

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Aún así, Dejun viéndolo desde la lejanía, suelta un pequeño suspiro.

Él es tan hermoso, siempre piensa aquello, no puede dejar de verlo, es tan perfecto, siente que si aleja la vista de él, desaparecerá.

Él no quiere que desaparezca.

La música resuena levemente en el lugar, pocas personas en realidad están en la pistas, otras ya se encuentran inconcientes por el nivel de alcohol que han consumido, otros charlan amenamente por la cocina, la sala y el patio de enfrente, otros nadan en la piscina y simplemente algunos ya pasaron a más que besos en los cuartos y el baño de la planta superior, la típica fiesta universitaria a la que siempre asiste.

Sus amigos siguen riendo de algunos chistes, él solo ríe un poco, sus ojos siguen en él.

Sus amigos siguen hablando, pero uno de ellos ya se dio cuenta de que él no está completamente inmerso en su conversación.

Kunhang frunce el ceño, ya no sabe que hacer por su amigo, ha intentado de todo para que esté se distrajera de lo que su mente lo torturaba, pero parecía que nada funcionaba.

Suspiró, porque no sabía cómo ayudar a Dejun si este nunca decía nada, simplemente, se lamentaba, porque veía como se estaba rompiendo.

Su miedo siempre lo rompe.

—Xiao. —Le habló a su mejor amigo, quien lastimosamente tuvo que alejar la vista del ser hermoso, por lo que volteando a ver a su mejor amigo, asintió. —¿Qué tal la fiesta?

No quería ser directo, porque sabía que Dejun mentiría, siempre lo hacía. Aún cuando él es su mejor amigo.

Sonriendo, el castaño meneó suavemente su cabeza. —No es tan mala como la esperaba, Hen, admito que tu novia sabe hacer fiestas. —Y guiñando el ojo juguetonamente a la chica de su mejor amigo, este lo golpeó en su brazo, haciendo reír aquel grupo de amigos.

Después de un poco más de bromas, Jun fijo la vista nuevamente donde estaba aquel ser divino, él decía que era una pura creación del todo poderoso, y él no creía en Dios.

Dejun decía muchas cosas en realidad, pero casi nunca eran verdad, y sus únicas verdades eran las que le decía a él.

Su corazón empezó a latir cada vez más rápido, el color de su piel se volvía pálido así como pequeñas gotitas empezaban a formarse en sus sienes, sudor frío causado por la ansiedad que empezaba a florecer en su cuerpo.

No quería ser obvio, pero sus ojos se empezaban a mover por todo el lugar, buscando lo que su corazón ansiaba, queriendo encontrar su paz.

Porque él ya no estaba ahí.

Y Xiao Dejun tenía miedo de no encontrarlo de nuevo. Por eso no quería alejar su vista de él, porque no quería que desapareciera de nuevo.

Sus manos se empezaron a mover sobre su regazo, así era siempre, pequeños ataques de ansiedad le daban al no verlo, a pensar que siempre fue una ilusión, y el mal juego que su mente le encantaba jugar para traicionarlo.

Donde su cuerpo estaba inquieto, su corazón lloraba y su mente le reclamaba.

Pero, como si de un rayo de esperanza se hubiera tratado, un recuerdo llegó a su mente, haciéndole sentir un poco de paz.

Viendo hacia la pista, en las pocas personas que de verdad estaban bailando y no teniendo sexo sobre la ropa, lo encontró a él nuevamente, bailando libremente en la pista, las suaves pero profundas melodías quedaban perfectas para su lento y al mismo tiempo, insinuante bailar.

"Sí tú bailas, yo bailaré."

Le había dicho una vez mientras ambos bailaban, solos en la oscuridad pero comodidad de su habitación, él le susurró en su oído aquello, por lo que sonrió como un bobo, sin embargo, también le había dicho...

"Y sí no lo haces, bailaré de todos modos."

Había cumplido lo que dijo, porque él seguía bailando en la pista, sin siquiera verlo, estaba centrado en lo que hacía, a él le encantaba verlo bailar, sabía que era su pasión, sabía muchas cosas de él, aunque este creyera que no.

Sabía muchas cosas, porque aunque su semblante pareciera desinteresado, era todo lo contrario, estaba tan absorto de él, tomando una nota mental sobre cada pequeño detalle que él decía.

A Dejun le gustaba escucharlo, le decía que su voz era angelical, así que no le molestaba sí hablaba toda la vida.

Pero pareció que el no estaba todo de acuerdo con él.

Y eso siempre lastimaría a Xiao.

Así que solo le bastaba con verlo bailar en la pista, mientras las personas estaban drogadas o en sus propios mundos mágicos, él vivía en su realidad, viendo lo inalcanzable que él era.

Quería tocarlo, solo una vez más, quería comprobar que él era tan real, porque nunca le bastó besarlo para asegurarse que no fuera una obra de arte o algún producto de su imaginación.

Pero ya no tenía el derecho para hacerlo, así que mejor lo veía.

Sabía que sus amigos les costaba trabajo sacarlo de su departamento, sabían que estaba un poco mal después de la gran tormenta, sabían muchas cosas y otras tantas no sabían, como el hecho de que no lo conocían a él y de como su presencia lastimaría a Xiaojun.

Pero también le ayudaría.

Porque Yangyang es el único que sabe cómo traerle paz a Dejun.

Y no importa cuántas veces lo vea en las fiestas a las que siempre va, siempre podría destruirlo y construirlo al mismo tiempo y la veces que quisiera...

"Sí tú peleas, yo pelearé."





















































☁️
llegando en ¿angst? y mini fic como no, matando dos pájaros de un tiro.

pues miren, que Xiao Dejun se robó completamente mi corazón y como no, debo hacerle algo porque si no no me quedo tranquila.

yingying trayendo más variedad de shipps a su cuenta desde el 2O18.

Say Yes To Heaven | xiaoyangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora