—Vamos, Hoonie, déjanos probarte— ríe malicioso— confía en mí.
Hoonie se retuerce, llora, grita, bajo los fuertes brazos, suplica, pide perdón, ora.
No hay Dios que te mire, Hoonie.
Estás en el territorio del diablo.—Hoonie, vamos, lo disfrutarás.
Se regocijan de sus gritos, de su sangre, de su dolor, de su pureza. Rompen al dulce ser.
Despedazan todo lo que queda de él. Un pequeño niño le llora suplicando al diablo que no lo hiera, el infierno se retuerce ante sus palabras, él tampoco quiere.
¿Quien escucha al infierno cuando Hoonie grita tan fuerte?
Nadie, nadie
Nadie es capaz de escuchar al infierno
Ni siquiera Hoonie.—Nuestro pequeño Hoonie
Nuestro pequeño Hoonie está tan sucio, tan destruido, se reduce a nada.
El diablo consumió al infierno y a Hoonie.
MinGi es el diablo, SeongHwa es el diablo.