Mi toma

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Como sostienes con firmeza daga en mano, y en la otra portas miedos infundados

Como de tu falda cae la pluma y el papel, y de tus ojos el triste jugo de la traición.

Como consigues sonreír por las mañanas, si en las noches en medio del tétrico firmamento dejas que tu verdugo te tome de nuevo.

Como soportas siquiera su presencia, si su solo aroma te provoca dolor y te hace caer en la perdición.

Como permites que te haga suya a la fuerza mientras la decadencia hace merma tus esperanzas.

Como eres tan resplandeciente en el día, que al mismo sol opacas; ríes, vives, sueñas, te vuelves una bella luciérnaga destellante de luz.

Pero, como, es que ocultas también tu propia miseria. Tan cómico y a la vez tan trágico.

Cada vez que al sol le das muerte, muere tu alegría. Y te preparas para recibir la noche y su agonía.

Como es que aceptas tan fácilmente a ese enviado de las tinieblas a hacerte compañía.

Como no le demuestras asco cada vez que con sus repugnantes manos toca tus virginales ideas, y con sus agrios susurros al oído contamina tus frágiles ilusiones.

Como corrompe tu alma al mismo tiempo que reconoce cada recoveco de tu cuerpo.

Como te hace bailar un último y melancólico vals antes de desaparecer junto con su oscura patrona.

Como se va dedicándote una lasciva sonrisa y te dice un árido hasta luego.

Como terminas agotada de soportar cada uno de sus absurdos juegos, y de complacerlo hasta llegada los redentores rayos del sol.

Como te entregas siempre y sin discusión a tu verdugo.

Como no te das cuenta que ese verdugo eres tú.

breves comentarios de una locaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora