Amigos, Beneficios y... mas! // Friends, Benefits and... more! [COMPLETA]

Capítulo 1

Arthit POV

Arthit sintió que su teléfono vibraba ligeramente dentro de su bolsillo antes de que realmente escuchara el distintivo sonido del mensaje entrante. Sólo un símbolo parpadeando en la pantalla.

Y tan vaga fue la respuesta de Arthit.

Dos mensajes extremadamente cortos para transmitir todo lo que se requería cuando Arthit corrió hacia su apartamento. Se quitó los zapatos y se acomodó en su escritorio, comenzando a trabajar diligentemente en la tarea para el día siguiente. En algún momento entre las interminables ecuaciones y fórmulas con las que estaba rodeado, se levantó para preparar algo para cenar, masticando mientras seguía tecleando en su computadora.

Exactamente a las 7:10, su alarma sonó, lo que lo alejó de concentrarse en su tarea y, aunque tenía un largo camino por recorrer antes de terminarla, cerró su libro de golpe y se puso de pie. Agarró su toalla y se abrió camino para tomar una ducha larga y caliente. Todo lo demás podría esperar por ahora. Tenía una cita que cumplir.

Casi había terminado de secarse el cabello cuando escuchó el suave golpe en la puerta de su casa. Un rápido vistazo a su reloj le hizo saber que eran exactamente las 7:30. Siempre perfectamente a tiempo.

Arthit tomó un par de respiraciones tranquilizadoras para frenar su evidente excitación y abrió la puerta para encontrar el rostro sonriente de Kong. Justo como él estaba anticipando.

—Hola P'Arthit.

—Hey..

Y eso fue más o menos cuán lejos llegaron sus conversaciones antes de que la puerta se cerrara de golpe y sus voraces bocas se estrellaran entre sí. Sus labios intentando explorar con avidez mientras sus lenguas continuaban luchando por el dominio. Cada uno de ellos ganando y perdiendo tiempos de servicio con cada lamida, cada sorbo.

Ningún pensamiento consciente se atrevió siquiera a penetrar en sus mentes mientras sus pies los llevaban a la cama con impaciencia en espera. Sus manos aventureras se deshicieron de cualquier prenda de vestir que obstaculizaba su frenesí apasionado.

Y no había pasado ni un minuto desde que Arthit abrió la puerta cuando los dos chicos desnudos se sentaron en la cama. Sus torpes manos trabajando para exprimir generosas cantidades de lubricante o rasgar las envolturas del condón. Solo un par de latidos del corazón antes de que la habitación resonara con sonidos de fuertes gemidos mezclados con gruñidos guturales.