36. "Ya soy un desastre."

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CLAUDIA

Hospitales.

Los he evitado exitosamente toda mi vida con la excepción de la vez que me operaron de apendicitis y las consultas a las que he acompañado a mi madre. Sin embargo, esos días de evitarlo han llegado a su fin porque ahora que estoy embarazada se convertirán en parte de mi vida, las citas, las ecografías. A pesar de todo esto, me siento más preparada y calmada de lo que pensé.

¿Quién no lo está?

Artemis.

Artemis camina de un lado a otro en el pasillo de espera del ginecólogo, él se pasa la mano por el cabello, se afloja su corbata unas dos veces y yo suspiro.

—Artemis, ¿puedes sentarte?— levanto la mirada y le ofrezco con una sonrisa amable.

Él se detiene frente a mí, su pecho inflándose mientras toma una respiración profunda y luego exhala. Sus lindos ojos café me observan, como si necesitara ver la serenidad en mi rostro para calmarse. No entiendo porque está tan nervioso, quizás verlo así es lo que me mantiene tan tranquila, los dos no podemos ser un desastre de nervios y ahora que lo pienso, siempre he sido mejor a la hora de manejar mis emociones. Artemis solo sabe enmascararlas para no lidiar con ellas o descontrolarse como en este momento.

—Por favor— le digo y él se sienta a mi lado.

—No sé como estás tan tranquila.

—Es solo la primera cita— tomo su mano y me giro hacia él, —todo estará bien.

—Yo debería estarte diciendo eso, y mírame, ya soy un desastre.

—No, no lo eres.

Acaricio su mejilla, siento su ligera barba contra mis dedos, sus labios me provocan así que me acerco y lo beso, me encanta poder besarlo cuando quiero, ya no tengo que reprimirme, ni aguantar, ni mucho menos esconder lo mucho que me gusta, lo mucho que él siempre me ha encantado.

Soy libre de agarrar a Artemis Hidalgo de su corbata y besarlo con todas las ganas. Cuando nos separamos, él abre sus ojos con lentitud.

—Debiste calmarme así desde el principio.

—No te acostumbres.

—Claudia Martinez.— llama una enfermera desde una puerta entreabierta.

Nos ponemos de pie y caminamos al consultorio de la Dra. Díaz. La enfermera nos guía y pasamos una puerta más para entrar. La Dra. Díaz es una mujer en sus cuarentas de cabello negro y ojos oscuros, ella nos sonríe al vernos, sus ojos se quedan un poco más sobre el hombre a mi lado y no la culpo. Artemis es demasiado atractivo para su propio bien.

—Un placer conocerlos,— ella nos da la mano a ambos, —soy Paula Díaz y estoy muy contenta de que me hayan escogido para este etapa tan importante de sus vidas, ¿Claudia, no?

A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora