▪Hold a boy's hand▪

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Yoongi era denominado por sus compañeros un "comelibros"

No era culpa de Yoongi que fueran unos incultos.

es decir, ¿Por qué resaltaban el hecho de que leyera?

idiotas.

Yoongi no encajaba en su curso, ya a sus doce años, nunca había entablado una conversación de más de dos oraciones, porque simplemente no soportaba a sus compañeros.

Los chicos de su clase eran unos primitivos, hacían peleas en medio del aula, chistes inmaduros, les decían comentarios de doble sentido a sus compañeras y los idiotas se reían como si fueran los mejores comediantes.

patéticos.

incluso algunas de las chicas de vez en cuando le preguntaban si podían sentarse con el, puesto a que buscaban "protección". Yoongi realmente estaba asqueado de sus compañeros, pero tendría que aguantarlos unos años más.

Tomó de su casillero su nuevo libro, lo había comprado el fin de semana y no podías esperar a leerlo, comenzó a caminar a su última clase, hasta que escucho una voz conocida.

-Ya aléjate, imbécil-DIjo enojada esa voz.

Jennie.

-si no lo hago ¿qué?.

-La directora te sacará a patadas de la escuela-interrumpió Yoongi-teniendo en cuenta las amonestaciones, idas a la oficina de la directora, las citaciones a tus padres y comportamiento en clase, una acusación de acoso seria la gota que rebalse el vaso y te irás de esta escuela, por fin, seria un idiota menos de diez en el curso.-dijo con su voz ronca y serena.-así que tu elijes, idiota de cuarta, estamos a dos puertas de la oficina de la directora-dijo sin cambiar en ningún momento el tono calmado de su voz.

El chico dudo unos segundos, pero se fue, no sin antes chocar el hombro de Yoongi y susurrarle un -idiota-, a lo que Min no se inmutó ni un poco.

-Yoongi-oppa-Jennie llamó su atención-gracias por no ser un idiota-dijo casi en un susurró, haciendo una reverencia para después irse a su clase.

Yoongi iba a retomar su camino hasta que una dulce voz lo distrajo.

-Hyung, usted es genial.-dijo el pequeño rubio.

Jimin.

ese niño empezó a ir donde el leía, preguntar sobre el libro y...Molestarlo.

era dos años menor que el, no sabe exactamente como se conocieron, pero simplemente el mocoso confianzudo empezó a interrumpir sus tranquilos recesos de lectura.

Aunque, sin darse cuenta, cada día a las 10:30, esperaba su visita.

-Solo la ayude a escapar de ese tonto, Jimin, algo que cualquier persona hubiera hecho.-dijo restandole importancia.

-De todas formas hyung, es muy noble de su parte-dijo sonriendo, elevando sus pómulos y achicando sus ojos.

demasiado tierno para Yoongi, pero no lo admitiría.

-nos vemos luego Jimin-dijo Yoongi, escapando -porque eso estaba haciendo- a su clase.

-Adiós hyung-dijo dulcemente.

reposaba su espalda en el tronco de el árbol en el que habitualmente estaba, con el libro en sus manos, concentrado en su lectura.

concentración que no iba a durar.

-¡Hyung!- el pequeño Jiminie de diez años llego a la pequeña colina en la que estaba el árbol.

Yoongi ni se inmutó.

el pequeño se sentó a su lado, antes viendo la portada del libro.

"Cabellos dorados entre dedos plateados"

-hyung, ¿Ese libro es nuevo?. ¿De qué trata?-preguntó dulcemente.

-trata de un príncipe, gobernador de un país frío y apagado, que se enamora de un hada, que viene de un país cálido, el príncipe pálido encuentra al hada malherido y lo lleva a su reino, ocultándolo, ya que en su país las hadas están mal vistas, ya que son cálidas y alegres, mientras el país es frío y amargado, y el hada se queda en el reino de el príncipe hasta que encuentre la forma de curar sus alas-dijo contestando inmediatamente la pregunta del pequeño.

-pero...¿son dos hombres?- preguntó con cautela.

-si, lo son-dijo enfocándose de vuelta donde había dejado su lectura.

-Oh, eso es interesante...-hubo unos minutos de silencio.

-Hyung...-susurró el pequeño de mejillas regordetas.

-¿Qué pasa Jimin?-pregunto mirándolo.

-¿Esta mal...que quiera tomarle la mano a un niño y no a una niña?-preguntó tranquilamente

-humm. no lo sé Jimin, yo tampoco quiero tomarle la mano a una niña, ellas... aveces son raras, pero no creo que este mal que quieras tomarle la mano a un niño.

Volvió a leer su libro.

silenció.

-Hyung-volvió a llamarlo.

-¿qué, Jimin?-dejo de leer.

-¿alguna vez quisiste tomar la mano de un niño?-preguntó de vuelta.

-no-dijo rápidamente para volver a leer.

silenció.

-hyu...-fue interrumpido.

-¿ahora qué?- Dios, ¿cuántas veces lo interrumpiría?

-yo...¿puedo tomar tu mano?-preguntó con un sonrojo en sus regordetas mejillas.

-¿si digo que si dejaras de molestar?- pregunto seriamente.

-sip, me quedaré bien calladito-hizo una seña como si cerrará un candado con llave y la tirara lejos.

-bien-dijo para tomar la mano del rubio.

los pequeños dedos de Yoongi encajaron con los -mucho más pequeños- dedos de Jimin tiernamente, Jimin rió suave, feliz de que su hyung haya accedido a la inocente petición.

y así pasaron todo el recreo.

sentados debajo de un árbol, aislados y juntos, con las manos entrelazadas, y con personalidades completamente opuestas.

como la página del libro que Yoongi justo estaba leyendo en ese momento.

"El príncipe entrelazo los dedos con los del hada, agitados, debajo del árbol de manzanas, luego de la huida del castillo, riendo como unos niños por la travesura que acababan de hacer, sin saber, que ese era el comienzo de un destino donde sus corazones comenzarían a latir a la par"

《De obras y libros y rubios molestos 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora