Capitulo 14: Respeto

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—Anoche hemos oído los disparos ¿hay algún herido?— nadie respondió y la rehén se levantó—. No me voy a callar.

—Siéntese, Mercedes— dijo Río.

—Falta uno de mis alumnos, Pablo Ruíz y quiero saber dónde esta.

—El atleta está bien, ahora siéntate.

Ella no obedeció y allí se perdió toda la amabilidad.

—Siéntate. ¡Que te sientes!

Ella se sentó.

—Tú alumno se ha fugado con un grupo de rehenes, no tenéis que procuparos por nadie. 

Entonces Mercedes se volvió a levantar y a aplaudir.

—¿Qué hace la loca esta?— dijo Tokio y levanté los hombros.

—Siéntese y deje las palmitas— ella no obedeció incluso aplaudió con más rapidez y fuerza—, ¡que te sientes!

Uno a uno los rehenes se fueron levantando y aplaudiendo, bajo los gritos y casi ruegos de Río porque se sentarán, estaba desesperado, y me estaban desesperando, Tokio y yo tomamos nuestras armas y disparamos al techo.

—Sentaos...

—...todos.

Obedecieron al instante menos Mercedes. Tokio se acercó a ella y amablemente le pidió que se sentará. A lo que ella accedió.

—De ahora en adelante me vais a obedecer— dije paseando entre los rehenes, tenía que hacer volver el respeto—, y no crean que yo no los voy a dañar, ustedes que no valen nada, ¿realmente creen que yo me quedaré de brazos cruzados si se lo buscan? No, yo no soy de esas, soy una psicótica de mierda, adicta al dolor, a la sangre, a la muerte y ¿creen que no los quiero matar? De haber sido por mi, todos ustedes estaríais muertos ya.

—¿Por qué no nos matas?

—¿Por qué no se calla, Mercedes?

—No, Berlín no importa, tengo bastante  tiempo, no los mató porque como dije anteriormente no es algo que dependa de mi, yo no puedo matarlos por más que quiera hacerlo.

—Amor.

—Ah, si ¿sucede algo?

—No, pero es hora de seguir con el plan...

Flashback

—Oye, ¿pero tu llevas tanga?

—Yo no voy a llevar bragas— le contesto Nairobi.

—¿No vas a llevar braga?— pregunto Denver—. Pues yo tampoco, que vamos, con la pija al aire se atraca.

—Que no seas guarra, eh— le dijo Tokio.

—Con la pija al aire— insistió Denver.

—Los rehenes...

—Shh, callarse— dije a mis amigos cuando el profesor empezó a hablar.

—Con el paso de las horas los rehenes dejarán de ser dóciles. Cuando vean que no hay entregas, que no hay avances su instinto de supervivencia les va a llevar a la acción.

—¿Y que van a hacer?

—¿Los de numismatica se la van a marcar de Bruce Willis?

—Algo así, Nairobi. Intentarán escapar o escaparán.

—No.

—Es posible que eso pase.

—Vamos armados.

No estas sola. [Berlin y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora