Capítulo V.

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Una canción...

Ese sábado, volvieron a ir a la mañana al centro comercial, como era costumbre. Mikasa entró, pero no hizo más que poner un pie en el local de música que lo saludó.

-Bienvenida a ShingekiNoMusic. ¿Puedo ayudarte en algo?

Ella estaba muy cerca de la entrada y se encontraba libre, mientras que Eren se encontraba vendiendo unas púas más en el fondo. Annie estaba algo celosa de Mikasa; si podía impedir que hablaran no estaría nada mal, pensó. Mikasa se puso muy nerviosa. Tenía la idea fija de que fuera Eren quien la atendiera, como todas las semanas. No contaba con la posibilidad de que alguien más lo hiciera. Ella iba a esforzarse en hablar más, pero no con todos, no ahora. Ni siquiera había tenido tiempo de tomar un CD cualquiera entre sus manos. Pero agradecía en parte por ello. Si ella era quien se encargaba de la compra ni siquiera tendría excusa ni oportunidad de hablar con Eren. No podía permitir eso. Lo veía una vez a la semana y sólo unos momentos. Era demasiada la espera para desperdiciar la chance de esta forma ¿Qué debía hacer?

-Mikasa.

Oyó esa voz que hacía que todos sus problemas se disiparan y sintió como si un peso de toneladas de kilos se cayera de sus hombros. Estaba a salvo. Tanto ella como la rubia voltearon su cabeza fijando la mirada en Eren que se había acercado a ellas. Había terminado de atender al cliente con quien estaba ocupado.

-No te preocupes, Eren. Yo me encargaré de atenderla -dijo con seriedad.

-No -dijo en seco haciendo que la muchacha se sorprendiera- verás -cambió su tono de voz a uno más suave al notar que había sonado algo frío antes- Mikasa es mi cliente favorita, y yo soy su vendedor favorito -le guiñó un ojo con una sonrisa de lado- es algo mutuo, por eso seré yo quien lo atienda siempre que venga. Si estoy ocupado, esperará a que esté libre. ¿Entendido? -finalizó en tono algo descarado.

-Como quieras -dijo y se dirigió a otra parte del local rápidamente para desaparecer de su vista.

-Ya se le pasará -dijo sonriente a Mikasa quien lo miraba sorprendida- ¿Estás bien?

Mikasa sentía ganas de sólo asentir. Eso era simple. Pero habían acordado que dejaría de hacerlo.

-Sí -dijo con la mirada gacha.

-Bien ¿Qué va a necesitar mi cliente favorita el día de hoy?

Mikasa sintió un escalofrío en su columna. Cada cosa buena que Eren decía sobre ella le ponía el corazón a mil por hora. Volteó a penas su rostro y tomó cualquier CD, entregándoselo. Eren la miró con el ceño fruncido y tratando inútilmente de ocultar una sonrisa. Eren mordió su labio inferior, eso lo hizo ver condenadamente sexy. Mikasa tragó saliva.

-¿Sabes? Es una pena que no podamos tener más tiempo juntos el día de hoy. Pasar mi tiempo para almorzar contigo fue mucho más entretenido que pasarlo solo. Y no puedo usar mi descanso en este momento. Si almuerzo a las once de la mañana moriré de hambre el resto de la tarde -hizo una mueca graciosa.

La combinación de oír esas palabras y ver la mueca divertida de Eren hizo que Mikasa sonriera.

-Sonreíste -dijo sorprendido, interrumpiéndose a sí mismo mientras hablaba.

Mikasa borró la sonrisa de su rostro como acto reflejo y lo miró fijamente.

-Sonreíste -volvió a repetir, pero esta vez con una gran sonrisa en el rostro-. No puedo creerlo. Sonreír definitivamente es algo que también deberías hacer más a menudo.

-Eren -se oyó la voz de Sasha cerca de ellos- lamento interrumpirte, pero hay demasiado por hacer.

-Claro, lo siento -se disculpó.

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