II- Lost in your smile

603 73 37
                                    

Antes de comenzar el capítulo, agradecer a todos los lectores por los comentarios y el apoyo en el anterior capítulo, esto va dedicado a vosotros.

Se podía notar en la mirada de Azirafel la poca confianza que tenía al ver a Gabriel entrando en su tienda, llegando al punto de que su copa había terminado en el suelo hecho añicos solo del susto.

Crowley por su parte se mantenía escondido tan bien como le era posible tras su gran y nuevo sillón, comprado por y para él y que se mantenía en la tienda de libros de Zira porque esta se había convertido en su segunda casa y la comodidad era su primera necesidad.

O eso le aseguró a su ángel cuando entro a lo grande en su tienda con una caja enorme.

Obviamente, a Azirafel le costó un poco entender porque de la nada Crowley había decidido acoplarse a su tienda y hacer de ella su propia casa. No todos los días tus amigos se presentan en la que es tu casa con un sillón gigante para armar y para dejar como decoración.

–¿Porque huele aquí como si el mal se hubiera acoplado? —preguntó el Arcángel observando con detenimiento todo la habitación, queriendo saber si había nuevas cosas en su tienda o nuevas presencias.

-¿Qué quieres y que haces aquí, Gabriel? -preguntó el angel apoyándose instintivamente en el sillón donde se hallaba su amigo, dándole algo más de espacio a Crowley para poder ocultarse o aunque sea irse de allí y a su vez evadiendo la pregunta del Arcangel.

–Vengó en son de paz —avisó alzando las manos con una amplia sonrisa, tan sincera que incluso parecía falsa pero a ojos del ángel,  solo lucia sobre su amante, demasiado amable— Ciertas cosas estan sucediendo en el Cielo, ángeles de menor rango andan desapareciendo, en específico aquellos que te tenían bajo vigilancia, solo por precaución —se justifico rápidamente mientras tomaba un libro en manos y lo miraba,  justamente, el que Crowley le había regalado esa misma mañana— aunque lo que haya pasado con el Armagedon no esta perdonado, sigues siendo uno de los nuestros, por lo que no queremos que los nuestros desaparezcan.

La posición de defensa que había adquirido Azirafel al comienzo de la charla, cambio drásticamente a una inquietante, ¿ángeles despareciendo? Eso era algo imposible.

-¿Y aun así me cuentas esto? ¿Por qué? -inquirió el ángel, jugando con sus manos con cierro nerviosismo.

-¿No es obvio? —pregunto a modo de respuesta— Desconfío del demonio Crowley, aunque el parezca ser... Bueno —dijo con dificultad y con cierto desagrado— su naturaleza es demoniaca, el es un ser malévolo cuyo trabajo es crear y provocar el caos por donde sea que vaya, tú eres un ángel, un ser de luz, creado desde las estrellas para hacer la paz y ayudar a la todo poderosa en su plan con su creación.

Mientras Gabriel le daba la charla a Azirafel sobre que tal cruel que podría ser Crowley, este tenia la extraña necesidad de querer irse, era insufrible el estar con Gabriel, entre algunas de las razones que curiosamente,  ni recordaba con claridad, se encontraban los motivos por aquel juicio donde haciéndose pasará por Azirafel, le habían querido tirar a una hoguera cual antigua bruja, pero si hablábamos sobre motivos incluso mucho más antiguos, sabía que era un gran dolor aun no sabiendo la razón.

Pero el otro no hacia mas que acercarse a donde el estaba, y no le quedó otra que transformarse en una serpiente, no una de las que te hacen salir corriendo despavoridamente,  pero una pequeña serpiente valdría solo para desparecer aun estando allí.

–Azirafel, simplemente, aleja te de él por un tiempo, se que le tienes un tipo de aprecio que me es incomprensible, pero nosotros no te hacemos nada, palabra de Arcangel —juro alzando su mano izquierda.

The War of the Heaven Donde viven las historias. Descúbrelo ahora