Maybe

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El día había transcurrido tranquilo para Chaeyoung.

Luego de hablar con Mina esa tarde se sintió algo feliz, realmente quería toparse con ella de nuevo a toda costa. Sin embargo verla de nuevo causó un nuevo y totalmente extraño sentimiento en ella, además de la curiosidad de conocerla, también notaba un ambiente extraño cuando hablaban. Era similar al que sintió cuando se estaban escondiendo en aquel salón.

Miedo.

No era muy notable, de hecho, la fotógrafa pensó que debía ser a causa de sus nervios e inseguridad por hablar de nuevo con ella, pero una vez se despidieron y tomaron caminos distintos, sintió como el aire se volvía más ligero y el tiempo volvía a correr con normalidad.

No quiso darle mucha importancia, quizás solo estaba exagerando.

Una vez volvió al salón de su club ya no había nadie; caminó entre las mesas para tomar su mochila y el estuche donde guardaba su amada cámara.

Desde que nació, Chaeyoung presentó un talento innato en el arte; sabía dibujar retratos perfectos, hacer maravillosos paisajes con óleos, podía hacer esculturas de animales fantásticos y a pesar de que las artes plásticas fueran su fuerte, decidió entrar en el club de fotografía una vez empezó su secundaria.

No es que nunca se hubiera interesado en ello, cuando era joven su padre le dejaba jugar con una pequeña cámara digital, le tomaba fotos a cualquier cosa, pero en especial a las flores o aves que pasaban de vez en cuando en su patio; y es que uno de sus mayores placeres en el momento de tomar fotografías es que podía captar sensaciones y emociones con cada toma, podía guardarlo y jamás olvidarse de ello. Podía atesorar la belleza de vivir sin tener que preocuparse.

No era como los dibujos, que no eran siempre exactos, o cómo las pinturas que se secaban y manchaban fácilmente, mucho menos como las esculturas que son difíciles de moldear, pero una sola foto guardaba una fracción de tiempo y de su memoria con precisión y rapidez.

La imagen de Mina durmiendo aquella tarde, por ejemplo.

Suspiró mientras terminaba de cerrar el estuche, se colgó la correa al hombro e hizo lo mismo con su mochila. Salió luego de apagar las luces y cerró con cuidado la puerta.

Se fue caminando por el pasillo sin notar que las luces del salón volvieron a encenderse.

Dahyun se rindió en la búsqueda de Chaeyoung en cuanto revisó el gran jardín. Claramente ya se había ido y era probable de que estuviera tomando fotos en otro lugar o bien ya estuviera camino al club.

De todas las cosas que preocupaban a Dahyun, la actitud de su amiga era una de ellas.

Ella la conocía bien, sabía que era asustadiza y que incluso cuando era bebé lloraba al ver su propia sombra creyendo que la perseguía. Era una tonta adorable y muy miedosa. Pero ahora no lo parecía.

Dahyun pensó que se tomaría unos días de descanso como lo hizo Tzuyu, incluso por un momento creyó que iba a tener un problema y probablemente la culparía por incluirla en el caso. Pero no fue así, luego de todo lo que pasó en ese lugar la fotógrafa despertó con un sentimiento de curiosidad como el suyo, lo cual creyó imposible.

Pensó en volver a su club y caminó hasta la desviación de dos caminos, pero cuando la líder vió a la misma chica que había salido del edificio con ellas caminando en dirección al sendero de árboles, algo encajó en su cabeza.

La siguió como buena detective que era, obviamente no podía aparecer en su camino y hacerle un montón de preguntas de la nada aunque quisiera. Tenía que al menos averiguar un poco para acercarse de forma casual.

Echo [Michaeng] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora