Ataca Pez 2/2

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El recorrido al instituto llegaba a su fin, ambas subían las escaleras, sin percatarse en ningún momento de la presencia que llevaba tiempo siguiendolas, ellas iban a su royo más bien, en su burbuja, escuchando canciones y haciendo gestos graciosos, algunas veces Laia reía ante los movimiento de Natalia y otras Natalia tenía que pararse en seco para aguantar la risa,, o explotar en ella, sin embargo esa felicidad solo la vivían ellas, pues el resto de mortales cansados y deprimidos solo pensaban en la vuelta a casa y el momento, indicado para tal vez y de alguna manera fingir un dolor de tripa estruendoso y poder irse a casa.
Entraron por la puerta, ambas desplazaron la mirada por la clase, en busca de sus amigos pero, por un momento se miraron, como si no tuvieran ganas de separarse, no iban a ir muy lejos la una de la otra, pero aún tenían miedo, "tal vez solo quiere ser amable" pensaba una, "tal vez ya se ha cansado de mi" pensaba la otra.
Sin embargo cuando ambas se sonrieron por última vez en la mañana sabían que todas sus dudas fueron infundadas, y que por ahora estarían bien.

Segundos más tarde de la separación se escucho a Tania gritarle a alguien o algo
- "DEBERÍAS HABLAR TU CON ELLA EN VEZ DE TOCAR LAS CHIRIMOYAS LEYRE". - todos callaron ante aquella conversación, ¿quien era Leyre? ¿Porque hizo enfurecer tanto a la dulce Tania?
Los espectadores a ese instante no tenían claro que sucedia, salvo una, que al oír ese nombre tembló en su sitio, y miro a su amiga con esperanzas de ver en ella la tranquilidad suficiente como para saber que no hablaban de ella, pero no fue así y Natalia temió lo peor.

Laia sin embargo había ignorado esas miradas y tampoco se percato del cambio de actitud de Natalia, fue como que estuviera sumida en sus pensamiento más profundos, y nadie pudiera sacarla de ahí, pero Laia, no vio eso y Natalia de cierta manera se sintió una gran actriz de Hollywood, así pues las horas pasaban, Natalia y Taylor el chaval de pelo azul de alemán hablaban de memes, mientras Ann aportaba algo de inteligencia a tales conversaciones y de vez en cuando, Laia venia, nos enseñaba a su pez, sonreía nos contaba algo de sus aventuras americanas y nos sacaba una sonrisa, Laia era así, todos la queríamos y eso estaba bien, así pues cuando las tres últimas se acercaban apenas quedaban rastos de un buen royo anterior en Natalia ella estaba agobiada, Leyre le había mandado 12 mensajes pidiendo verla, quería hablar, pero ella no, y sin embargo accedió a hacerlo, Tania también había insistido. "se que puede ser pesada, pero irá a peor si no hablas con ella".

Asique si, al llegar las dos y veinte salió corriendo, sin esperar a laia y su compañía simplemente quería acabar con todo ya, terminar esta situación tan desagradable, detrás de ella sigilosamente iba Laia, que en un momento de lucidez había visto a su recién recuperada amiga salir corriendo, y no había podido resistirse a ver donde iba, al principio pensó que sería prisa pero al verla tan apurada, supo que algo grave debía pasar.
Entonces se sorprendió cuando vio a la alta, en un parque, encontrándose con ¿Tania?
- no puede ser... - susurro Laia para si misma, mientras observaba la escena que ante ella sucedia, primero un abrazo, lloros por parte de Tania, y gritos de Natalia hablando de Leyre,
- ¿quien será esa Leyre?- su voz se atragantó en su garganta cuando entonces vio como la bajita se lanzó a besar a Natalia y algo se retorcio en su estomago y entonces sin pensar mucho, salió de su escondite al ver que su amiga la necesitaba pues había una violadora de labios suelta y ella aunque más pequeña debía impedir ese sufrir para su compañera, agarro a su pez, lo miro. - lo siento Pez, esto es por Natalia- apunto y lanzó la bolsa contra la chica y su voz se escucho alta y clara como nunca antes
-!PEZ YO TE ELIJO¡. - por un momento se olvidó de que era un tema serio, y vio la bolsa de pez explotar en la cara de la violadora de Natalia salvajes, agarro el brazo de la otra y grito mientras se la llevaba corriendo.
-!ATACA PEZ¡. - Natalia estaba alucinando en ese momento y todas sus conexiones neuronales habían fallado, ya no sabía quien era o quien la había sacado de ahí, solo recordaba mojarse un poco con algo, pero nada más, estaba en blanco.
- Natalia ¿estas bien?. - la voz de Laia no conseguía sacarla de su estado.
- ¿Natalia? ¡NATALIA TE HIZO ALGO, TE HA HECHO DAÑO!?! NATALIA TE HE ROTO SIN QUERER?!?. - entonces por un segundo llego a Natalia esa frase y explotó en carcajadas.
- creo que si, que me he roto del todo. - sonrió, con algo de tristeza, consumiendose entonces por sus sentimientos, por toda esa rabia que sentía.
Laia solo se tomó tiempo de agarrar la mano de Natalia y arrastrarla hacia su casa, sin que esta volviera a decir nada más, el camino silencioso, se hizo eterno y al entrar en la pequeña casa de Laia, ninguna cruzo palabra, Natalia volvía a estar en su mundo, y Laia no sabiendo que hacer llamo a su mejor amiga, María, quedaros bien con ese nombre, porque ese es el nombre que marcará el cambio en esta historia.
-Maria necesito que vengas a casa, hay una emergencia.- las palabras de Laia resonaron por toda la habitación. Algo en ella había cambiado, y entonces recordó a Pez, y que no le había importado sacrificarlo para salvar a Natalia...

De Hollywood a LanzaroteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora