¡Una jodida hada! | Decchan[Completa]

✏ Capítulo 2

Había buscado en cada grimorio, en cada libro que se encontraba en la pequeña biblioteca de la casa, y no había encontrado nada relevante para que ayudara a Kacchan a volver a ser lo que era antes de convertirse en una hada, Katsuki humeaba de lo molesto y frustrado que se encontraba.

—Debemos ir a la capital Kacchan —Suspira derrotado, dejando el último libro de hechizos de transformación, dónde no había encontrado nada relacionado con lo sucedido a Bakugou.

—... Debemos ser rápidos arbusto con patas ¡Debo regresar a mi reino!

—Lo sé, lo sé, pero Kacchan, debemos descansar primero —Sonríe amable—. Debes estar hambriento ¿Cuando fue la última vez que comiste algo Kacchan?

—¡No importa ahora!

—Si importa —Se levanta y busca entre las pequeñas vasijas cuidadosamente selladas en un estante, suelta una exclamación feliz al ver lo que buscaba y en un rápido movimiento lo abre, dejando ver una deliciosa y espesa miel, de un color dorado indescriptible—. Ven aquí

—Que tienes ahí —Luego de percibir un dulce aroma, a regañadientes vuela algo curioso hacia Izuku, dejando de lado el libro con diversos conjuros junto a pentagramas y runas mágicas.

—Leí que uno de los manjares más preciados para las hadas es la miel real —Sonríe satisfecho cuando ve el brillo de la miel reflejarse en los ojos rojos de Kacchan—. Y ésta miel en especial está hechizada... hará que tus fuerzas se renueven y crea una barrera que elimina cualquier posible enfermedad que te ataque por un... año y un poco más.... más o menos

—Eso es... bastante tiempo —Aletea sus alas más rápido, sin poder evitar el interés naciente dentro de él—. ¿Me darás? ¿Sin nada a cambio?

—¡Eres mi amigo Kacchan! No sería sincero de mí dar algo esperando algo a cambio

—¿Confías tan rápido de alguien, tonto arbusto?

—No creo que seas malo Kacchan —Izuku le sonríe sinceramente, llenando una pequeña cuchara de madera con la brillante miel—. Y no podría hacerme nada en estos momentos... así que ¡Hasta el fondo Kacchan!

Las mejillas de Katsuki se llenaron del dulzor de la miel, envolviéndolo y llenándolo completamente, su piel comenzó a iluminarse, sentía un leve picor y un suave calor en todo su cuerpo, soltó un jadeo satisfecho, pestañeando sorpresivamente soñoliento—. Wow... es decir... wow

—Se ve que es de tu agrado Kacchan —Se atreve a limpiar la gota que se había escapado por la comisura del labio del hada—. Descansemos e iremos a la capital, el maestro Toshinori fue de viaje hacia allí, si lo encontramos, seguro sabrá la respuesta para poder regresarte a tu antiguo yo, Kacchan

—¿Haah? ¡No es hora de descansar!

—Eres tan terco como un gentlin¹ —Ríe suavemente, dejando que Katsuki se apoyara en su mano—. Y debes descansar, la miel hechizada hará su efecto una vez que cierre tus ojos por un tiempo prolongado

—¡Gentlin tu culo, arbusto con patas! —Gruñe moviendo sus alas con molestia, el golpe de energía había desaparecido y ahora su cuerpo se sentía pesado y cansado—. Si tú... me llegas a hace... ehhr...

—Sólo descansa Kacchan —Suspira, dejando al hada en un pequeño almohadón de terciopelo rojo y plumas de Sofelon²—. Tendremos un largo viaje frente a nosotros..

§§§§§§§§

Cuando Izuku se despierta al amanecer, Katsuki aún duerme desparramado en aquel almohadón que usaban para dejar piedras preciosas.