✏ Capítulo 3

4.9K 642 217
                                    

Llevan dos días completos caminando y el humor de Katsuki no era el mejor, andaba irritado, al no estar acostumbrado a aquel cuerpo no sabia sus limites, por lo tanto, se cansaba más rápido, todo le molestaba, se sentía más perceptible, más sensible.

¿Katsuki debía cuestionar sus decisiones? Se encontraba en una encrucijada, nunca se arrepentía de nada de lo que hacía, no importaba el resultado, él levantaría su cabeza y aceptaría todo.

Pero desde que le sucedió eso.. ¡Maldice su maldita curiosidad! ¡Maldice sus ganas de ganar, su asqueroso orgullo! ¡Maldice al pelo de mierda y sus retos! ¿Era de un completo idiota entrar a las ruinas? Sí, ¿Lo pensó en aquel momento? Es posible, ¿Se detuvo? ¡Claro que no!

Había sido un día caluroso, dejó a Murder con sus padres y sólo debían ir a cazar, y en su tiempo libre a entrenar para entrar al torneo, pero cuando seguían a un ciervo, éste entró a las ruinas, pelo de mierda lo reto a entrar y buscarlo, claro ¿Quién era él para decirle no a un simple reto como ese?

Luego sucedió, entró dónde creyó ver al ciervo, estaba oscuro y solo entraban pequeños rayos de luz solar, habían flores de un color azul y de forma de alas acampanadas y de apariencia esponjosa, alrededor de una pila de piedras que eran iluminadas por rayos de luz.

Las había reconocido, esas flores tenían un potente veneno que usaban en pequeñas dosis para paralizar a los animales, se encontraban en el mercado de su pueblo, advertían de no cosecharlas por precaución, si no las tocaba estaría bien ¿Cierto?

Curioso se acercó, siendo llamado por aquellas extrañas escrituras sobre la piedra, dejó descansar su mano sobre éstas y de repente, sin aviso alguno, lo envolvió completamente, desde su brazo apoyado en la roca, un espeso humo violeta, lo último que vio fue la figura de un hada, hecha por aquel humo, antes de ser noqueado.

Lo siguiente que supo era que estaba pequeño y con alas, además de ser transportado por aquel ciervo, envuelto en una hoja verde que era sostenida por el hocico del animal, cuando tuvo el control de sus nuevas extremidades, voló, golpeó al ciervo en la cabeza con toda su fuerza y rencor, y se alejó.

Tuvo la suerte de terminar cerca de aquel pueblo, dónde habían unos magos hablando de su última adquisición de aquella tienda de All Might

No encontró al mago Toshinori, pero si a su torpe aprendiz, el torpe aprendiz que parecía un arbusto con sus verdes cabellos alborotados, el que con una sonrisa amable buscaba una solución a sus problemas, no quería pensar nada más que eso, sobretodo cuando sus manos lo acunaban, sentía un calor envolverlo de forma cálida y segura, y no, no era seguro tener esos tipos de sentimientos.

Ya era de noche, y los animales nocturnos hacían su aparición, Izuku no paraba de hablarle de las características de cada uno, sobre como los esmugu absorbían la luz lunar para brillar, esas pequeñas bolsas en forma de campana voladora y de consistencia gelatinosa ¿Por qué debería importarle? Pero Izuku no dejaba de hablar, llenando la tranquila noche con sus divagues.

—¡Yah! —Katsuki lo silencia, haciendo que Izuku se trague sus palabras en un sonido atragantado, ignorando aquello, el rubio mira a su alrededor, observando como algunos animales iluminaban el pequeño claro del bosque, se sentía observado, y no eran los pequeños animalitos curiosos.

Izuku abrió la boca para quejarse indignado por ser interrumpido en su interesante explicación del porqué las runas mágicas debían ser bien escritas por el mago y también dependiendo del mago, ya que según la teoría de la magia primaria, según el elemento que le sea más fácil manejar, sería la llave para todo un mundo de posibilidades, pero antes de que pudiera hacer un sonido, el chasquido de una rama rota lo interrumpió, poniéndolo alerta.

¡Una jodida hada! | Decchan[Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora