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El tic-tac del reloj, ya estaba molestándolo, sólo eso se oía en la habitación, recostado en la cama Zabdiel de Jesús, oía el caminar de su amigo, de un lado a otro. Podrían estar en una practica de basketboll en ese momento, pero no el idiota de su amigo caminaba impaciente de la puerta a la pared y de la pared al baño. Hace semanas Christopher estaba igual, impaciente, tonto, desconfiado, Leah Collins lo traía así, esa chica timida & con una belleza femenina única, lo traía totalmente en otro mundo, Leah para opinión de Zabdiel, era simple, femenina, linda, tímida una buena chica a primera vista, pero había algo en ella que no le daba buen presentimiento y aunque la tratara bien, algún día descubriría ese presentimiento.

—¡Podrías parar!—exclamó Zabdiel—me tienes mareado—Christopher se dio vuelta y lo miró—es enserio

—tu no entiendes—se sentó en la silla de su escritorio—es tarde, me dijo que me llamaría—fue interrumpido

—a penas llegara a su casa—suspiró—me lo has repetido creo que con esta 46 veces

—no te burles—gruñó entre dientes

—no me burlo, pero es la verdad—se sentó en la cama y lo miró—esa chica te tiene mal

—me tiene enamorado—lo apuntó—eso es otra cosa

—si enamorado—bufó—he visto a parejas y chicos enamorados, y tú precisamente no estás—esta vez lo interrumpió Christopher

—no lo digas—lo calló—no tienes derecho a hablar, ni si quiera tienes novia

Zabdiel sólo calló, era cierto no tenía novia, pero era porque no quería simplemente atarse a alguien y mucho menos, parecer tan idiota como su amigo.

Quedaban pocos días para que acabara el verano, época de fiestas, playa, diversión, en California pero ahí estaba Christopher Vélez, preocupado por la chica que supuestamente amaba.

Llevaban casi un año de novios, Christopher había quedado locamente flechado en cuanto la vio en la playa, con su mejor amiga y desde ese momento no dudo en pedirle su número y empezar a acercarse a ella, le había costado unos meses conquistarla, para luego dos meses después pedirle noviazgo. Para Christopher, Leah era su todo, recordaba a cada momento su sonrisa, sus ojos pardos, su largo cabello

¿Leah pensaría en él a cada momento, como lo hacía Christopher?
¿Ella lo amaría con la misma intensidad que supuestamente él la amaba?

Sintió un leve pitido proveniente de su celular, un mensaje al parecer...de Leah

—Es ella—dijo emocionado—es un mensaje—Zabdiel sólo rodó los ojos, mientras Christopher revisaba su celular

—¿que dice?—preguntó su mejor amigo

—No puedo llamarte ahora, pero ya llegué a mi casa—repitió Christopher —y una carita feliz

—que romántica—se burló

—quizás esté ocupada—la defendió

Y aunque la defendiera, por su mente también pasaban locas ideas.

Inseguridad...

La quería tanto, que quería pasar cada momento a su lado, no soportaba la idea de que otro chico estuviera con ella, sólo él era dueño de sus besos, sólo él. Hace días Leah andaba rara, quería pensar que andaba en sus días, o que sólo no estaba de humor para verlo, aunque quizás no fuese así. No seas desconfiado, no seas inseguro, no tengas celos se decía así mismo la perderás.

Eso era lo que menos quería perderla.

Enamorate De Verdad || CV&TU || TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora