Era un precioso sábado por la mañana, el cual me gustaría poder disfrutar. Sin embargo, necesitaba sacar buenas notas. Mis notas no estaban al nivel de Kaminari o Mina, pero... Eran mejorables, digamos.
—Después de esto, tienes que... —Bakugo seguía explicándome los pasos que debía seguir para resolver el problemas de matemáticas.
Llevaba un buen rato intentando entender cómo hacerlo, esforzándome en ello, pero no había manera. Bakugo se había molestado conmigo por no entender sus explicaciones, pero no se lo tuve en cuenta. Simplemente, sonreí y seguí. Al fin y al cabo, me dejó ir a su casa esta mañana para darme clases particulares, no podía hacerle el feo.
Llevábamos un buen rato y comenzaba a despistarme. Seguí con la mirada el movimiento que hacía su mano al escribir... Era hipnotizante. Escribía agarrando con fuerza el boli, y lo marcaba bien en la hoja. Su mano hacía movimientos curvos al escribir los números y yo no perdía detalle al verle hacerlo. Bueno, no estaba muy atento a lo que decía, ahí sí que me perdía...
Después, desvié mi mirada hacia su cara. Estaba muy concentrado mientras me explicaba, y no pude evitar sonreír. Tenía que admitir que era muy atractivo, sobre todo cuando no tenía cara de enfurruñado, que era casi siempre... Pese a ello, cuando estaba enfadado también estaba guapo.
Me gusta llevarme bien con todos, pero al entrar nunca creí que él se convertiría en... mi mejor amigo. Es una persona complicada, difícil de llevar, por ello no lo creía posible. Es mi mayor logro.
Mi sonrisa se fue poco a poco desvaneciendo, y apoyé la cara en mi mano, suspirando. Debería estar feliz, porque soy feliz cuando estoy con él... Sinceramente, creo que ese es el problema. Últimamente estoy demasiado feliz con él.
—Pero vamos a ver, Kirishima, ¿estás escuchándome? —eso me devolvió bruscamente a la realidad y recordé que debería estar escuchando. Me mantuve en silencio, porque me había pillado desprevenido—. ¡¿Vienes a mi casa a que te explique no sé qué mierda y no me atiendes?! —se mosqueó conmigo, frunciendo el ceño y maldiciendo por lo bajo.
No pude evitar reírme, pero al hacerlo me golpeé la cabeza contra la pared por echarme hacia atrás bruscamente. Los dos estábamos descalzos encima de su cama, porque solo tenía una silla en el escritorio y era incómodo. La cama estaba apoyada en la pared, y en la pared... ahora estaba mi cabeza.
—¡Muere! —me señaló con el dedo índice, gritando esa coletilla que tanto le gustaba, todavía molesto conmigo. Hinché los mofletes como si me hubiera molestado aquello, acariciándome la zona donde me había golpeado y fingiendo que me dolía—. ¿Estás bien, no...?
No me había hecho daño, peores golpes me había llevado, y él sabía que fingía. Pero aún así, apreciaba su preocupación. Me alegraba que ya no fuera tan arrogante como antes, y que mostrara un mínimo interés. Me hacía muy feliz y yo me sentía tonto por ello...
"Joder, que es tu amigo. Aunque sea Baguko, es normal que se preocupe. Deja de pensar cosas extrañas, imbécil", me recriminaba a mí mismo.
Baguko estaba sentado como los indios, con la libreta llena de garabatos sobre matemáticas encima de sus piernas. Yo apoyé mi cabeza encima, con una gran sonrisa.
—¡Llevamos cuatro horas ya! ¿No podemos tomarnos un descanso? —le propuse. Estaba saturado y necesitaba despejarme. Yo me encontraba tumbado boca arriba, descansando mi cabeza sobre sus piernas y la libreta, por lo que tenía un ángulo perfecto para ver su cara enfurruñada. Otra vez.
—¡Por estas cosas vas a trompicones en el curso! Además... —cogió aire—. ¡No me arrugues las hojas, muere, imbécil! —se cabreó, gritándome.
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[Kiribaku/Bakushima]
FanfictionLlevo un rato pensando una descripción y no se me ocurre nada. Así que... ¿te gusta el kiribaku/bakushima? Lee. ¿No te gusta? No leas. Con esta historia pretendo meterme en la cabecita de Kirishima, y espero de corazón que disfrutéis leyendo. El dib...