Capítulo 1: Inicio.

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Siento como alguien me sacude, intento abrir los ojos pero no logro ver quien es. Escucho los pasos saliendo fuera de la habitación. Me remuevo en la cama, me giro a la izquierda para ver la hora del reloj de la mesa de luz y me encuentro que son las 12.00 hs. Me levanto y me enredo con las sabanas, haciendo que me caiga al piso. Busco ropa limpia en el pilón de ropa que está en una silla, cuando algo que me gusta. Me lo pongo y salgo de la pieza. Paso por el baño, agarro mi mochila y salgo de la casa sin despedirme de nadie. Me estoy yendo para la parada cuando me encuentro a Flor, una amiga de la facu, nos saludamos y seguimos el camino.

...

Una vez que llegamos a la UNQUI, cada una toma su camino. Solo somos amigas de ida y vuelta, clases juntas por desgracia no tuvimos.
Cuando estoy yendo para mí segunda clase, apurada por conseguir un buen asiento, hasta que todo se detuvo, ahí estaba mi platónico, el amor de mi vida, las ganas de venir a la facultad, no para. Tampoco tanto, solo era un incentivo. Aprecie el panorama, él estaba con su novia, Abril, los había visto como se empezaron hacer amigos hasta su primer beso, llevan saliendo desde el verano y cada día me castigo por nunca acercarme a hablarle, pero es tarde y hasta se le ve feliz. Por un segundo creí que vió para dónde estaba y empezó a saludar con la mano, comencé a pensar que por fin se haya fijado en mi pero solo era una ilusión, estaba saludando a nuestros compañeros de clases que venían atrás mío. Sí, curso con él, Agustín, aunque el no sabía de mi existencia, él era todo lo que está bien. Sacudí la cabeza y entre al aula.
Cuando termina la clase todos salen disparados corriendo para irse, queriendo seguirles el ritmo agarre todas mis cosas con las manos y también salí rápido pero salió mal, alguien me chocó y todas mis cosas se desparramaron por el piso. Frustrada me agache para empezar a juntas las cosas que estaban más cerca, hasta que alguien empezó a ayudarme, cuando levanté la mirada ¿adivinen quién estaba ayudándome? Si, Agustín, mi crush. Cuando lo ví me saludo y de reojo vi que Abril lo esperaba en la puerta, cuando se dió cuenta se acercó y nos ayudó. Cómo me gustaría odiarla por robarse lo que es mío.
- A ver si abrís los ojos y te das cuenta que no es tuyo, porque jamás te animaste a decirle ni hola- dice una vocesita en mi cabeza, quisiera golpearla también.
Cuando terminamos de recoger todo, yo les agradezco y ellos se despiden de la mano. Triste me quedo viendo cómo se van para el buffet.
Después de estar todo la tarde y parte de la noche, salí de la facultad y me dirigí para casa, a decir verdad esperaba que se encuentre vacía pero dudo correr con tanta suerte.
Abro la puerta y se escucha muy silenciosa, extraño para ser mi casa. Aprovecho y voy para mi pieza rápido donde me encuentro a la sabandija de mi hermano revisando mi cómoda, al verme deja las cosas y sale por la puerta chocandome.
- Podrías dejar de meterte en la vida de los demás imbécil!!!- le digo, enojada. Cuando salí apurada para la facultad me olvidé de ponerle llave.
Dejo mi mochila de la facu y agarro mi bolso, meto ropa, botas, maquillaje y una peluca. Salgo, cierro con llave la puerta de mi habitación y me voy hacia mi bello trabajo, nótese el sarcasmo. Para ser de noche y tener un poco de suerte la parada del colectivo estaba en la esquina de mi casa, se ve gente que llega de trabajar, solos o acompañados de su familia. Ojalá algún día la mía pueda ser unida así, despejó los pensamientos ya que viene el colectivo.
14 paradas después y ahí estoy, el bar "MAGNATE" veo chicas entrar, compañeras. Aceleró el paso y me acerco saludandolas.
- Hola chicas, cómo andan? - les digo
- Hola, la verdad no dormí en todo el día, mi hijita estuvo muy enferma pero tenía que venir, alguien tiene que ganar el pan- dice Estella.
Ella, fue mamá de joven. Su marido la abandonó cuando se enteró y desde entonces ella trabaja por y para su hija. Hace unos meses le diagnosticaron una enfermedad extraña y eso las tiene mal a las dos.
- Que lastima, ojalá sea una buena noche por lo menos - le digo, lo que no sabíamos es que esta noche tenía la promesa de cambiar las cosas, varias a decir verdad.
Entramos al bar, nos dirigimos al vestuario que nos tocaba y empezamos a prepararnos. Lencería sexy, medias de red y zapatos con tacones muy altos. Me maquillo y me pongo lentes de contactos ocultando el marrón de mis ojos.
La primera bailarina fue llamada a dar su show, la que seguía era yo. Solo me faltaba la peluca de color rojo fantasía, también ocultando el color castaño de mi pelo. Me mire al espejo, era todo lo que nunca hubiera deseado ser pero ahí me encontraba por salir a bailar para un montón de hombres por sus billetes.
Corrió una lágrima por mi mejilla, que rápidamente la corrí y escuche de fondo como me anunciaban.
- Y hoy tenemos a la favorita de todos, la que con sus movimientos conquista todos los corazones y algo más... La sexy y única NINFA - ya tenía todo en su lugar y solo salí moviendo las caderas, saludando y tirando besos sin destino. Me pare en el escenario y miré coqueta a todo el público, hasta que lo ví. Ahí estaba viéndome, con un vaso de cerveza en la mano y rodeado de nuestros compañeros. Los nervios me llenaron por unos segundos pero no deje que eso me afecte, empecé con mi show. Está noche iba a ser complicada. Pero iba a dar lo mejor de mí.

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