Vongola Family ~Love in the mafia~

Escena 2

ESCENA 2: NO DEBO CONOCERTE, PERO ERES SENCILLAMENTE ADORABLE.

La mudanza a la ciudad de Namimori fue inevitable, así que aquí estoy, afuera de una increíble casa en la parte privilegiada del pequeño lugar, sin lugar a dudas es una casa agradable, bien, para evitar conocer a los personajes del juego, debo ser mas astuta que el destino, en primer lugar, mi personalidad ya no es como la de la Haru del juego, pero si es su primera personalidad, alegre, confiada, sincera, ¡Dios, Haru eres un ángel que cayo en esta Tierra!, dejemos de fantasear.

Como sea, desde el inicio Haru nunca asistió a la escuela pública de Namimori, ella acudía a la escuela de elite, eso esta bien por el momento, asistir a la escuela para chicas Midori, pero eso era hasta la secundaria, que hare para el nivel básico. Estaba pensando cuando mis padres me llamaron, Sali de mi ensoñación y junto con ellos entramos a la nueva casa.

Pasaron unos días antes de que pudiéramos ir a dar un paseo como familia por la ciudad, la mudanza esta vez fue hecha por mi y nuestros padres, si bien si contrataron a una persona para que limpie, no le dejamos todo a esa joven señora, yo me ocupe de acomodar mi cuarto, un estilo similar al anterior, ya que el cuarto era un poco mas chico, tuve que presidir de algunos peluches, pero no muy importante. Regresando a nuestro paseo, caminamos por el centro comercial de la ciudad, había varios restaurantes y tiendas, incluso existían tiendas especializadas en disfraces y música. ¡Un paraíso! Además, contaba con varias Pastelerias de renombre. ¡Delicioso paraíso! Mis padres también parecían felices, Namimori es un buen lugar, bastante grande para la poca gente que vive en él.

Siendo así, ¿Por qué demonios acabas de tropezarte en frente mío?

Y como si el destino fuera una reverenda hija de..... ocurrió un hecho que debía evitar a toda costa.

—¡Hahi! — exclame al ver mis tobillos sostenidos por unas pequeñas manos.

Mis padres también estaban aturdidos ante la presencia de aquel niño intruso, yo no solo estoy aturdida, estoy aterrada pues ese niño es nada mas ni nada menos que Sawada Tsunayoshi, el protagonista del juego.

¿Por qué? ¿Acaso quieres que muera? ... Maldito destino hijo de .... ¡No por favor!

Como pueden adivinar, nuestro pase fue interrumpido por ese ser malditamente adorable, Tsunayoshi corría huyendo de un grupo de niños has que choco conmigo, tomo mis tobillos con fuerza y mantenía cerrado sus ojos color caramelo. Los otros niños reían al ver la desgracia del pobre niño, mi padre, por el contrario, les lanzo una mirada reprobatoria al montón de mocosos quienes huyeron despavoridos. Al mismo tiempo mi madre se acerco al pobre castaño que seguía en el suelo sosteniéndome, toco con su mano sus cabellos y acaricio su cabeza, logrando que abriera los ojos de golpe, al notar la situación, soltó mis pies y se sonrojo.

Yo corrí ante la vista adorable del pequeño protagonista avergonzado y termine escondiéndome detrás de mi padre, acción que provoco risas en mis progenitores. "No se rían, no ven que están al frente del principal acreedor de desgracias" pensé para mí.

—¿Te encuentras bien, pequeño? — pregunto preocupada mi madre mientras le estiraba la mano para ayudarle a levantarse.

El castaño asintió avergonzado. Su cuerpo temblaba nerviosamente.

—¡Lo siento! — exclamo con voz baja mientras aceptaba la ayuda.

—No tienes de que disculparte, lo importante es que te encuentras bien.

—¿Conocías a aquellos niños? — pregunto mi padre mientras se acercaba levemente.

—Si, van conmigo en la escuela, pero no les caigo muy bien

—Eso lo notamos — respondieron mis padres al mismo tiempo.

—¡Descuida! ¡No te pasara nada mientras estés con nosotros! — comento mi madre

—Mama me dijo que no confié en desconocidos.

—Una buena lección — comento mi padre — En ese caso, mi nombre es Miura Haruyoshi, ella es mi esposa Sakura y esta pequeña de aquí, es mi princesa Haru — nos presentó mi padre.

El pequeño protagonista abrió los ojos con sorpresa, miro a mis padres y después a mí, quien seguía atrás de mi padre.

—Mi nombre es Sawada Tsunayoshi, pero todos me dicen Dame-Tsuna — se presento como si nada, con una hermosa sonrisa adornando su infantil rostro.

—¿Qué te parece si lo dejamos en Tsuna? — pregunto mi madre.

Tsunayoshi asintió.

—Bien te acompañaremos a casa para evitar más problemas, pero antes, ¿Qué tal si vamos por un helado?

Al escuchar esa pregunta olvide todo mi propósito inicial, salí de mi escondite y asentí eufóricamente, junto al castaño, mis padres felices nos hicieron tomarnos de las mano y caminar entre ellos, la felicidad fue enorme, que no me di cuenta en qué momento termine acercándome mas de la cuenta a Tsunayoshi.