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El día era horrible, como si sintiera mi dolor, el día era nublado y estaba empezando a lloviznar, cada vez el ataúd de mi madre iba bajando lento hasta donde descansaría ahora.
No podía llorar, solo estaba ahí mi dolor no se hacía notoria aunque quisiese no podía, por último mi padre tomó mi hombro y lo acaricio con su pulgar, di la media vuelta y camine hasta la camioneta, pude ver una silueta de un hombre alto pelinegro que me miraba, pero solo le di por su lado, nada me importaba ahora.
Entre al auto y espere a que mi padre subiese para poder irnos, el camino fue silencioso sentía los ojos pesados no había dormido y lo único que quería era solo encerrarme en mi habitación, al llegar mi padre me dice que espere y eso hago.
Entro a casa y se quedo ahí unos 20 minutos exactamente, me desespere y sin más preámbulos entre a mi casa viendo a mi padre y unos tres sujetos más mirándome

-¿y ellos que?- dije con un tono de frialdad

-corazón, tenemos que hablar- me quede confundida a lo que mi padre dijo y alce una ceja en forma de que continuara- vivirás ahora con ellos

Lo que me decía era algo estupido y para reírse, solté una risa seca y lo miré como estaba serio

-¿es una puta broma cierto?- dije mientras un nudo en mi garganta se hacía presente-

Vi como uno de los hombres dejaba un maletín en la mesa y lo abría dejando ver muchos billetes

-ese es el pago que hará nuestro jefe por la chica, no más no menos- dijo mientras tronaba su cuello y mi padre asentía

-¿me vendiste?- le dije incrédula mientras el solo me miraba con los ojos cristalizados- ¿fuiste Tan hijo de perra para venderme?

-Ale...yo- dijo mientras dejaba rodar lágrimas a sus mejillas

-no llores hipócrita- reí secamente mientras lo miraba y me acercaba dándole un abrazo falsamente mientras me acercaba a su oído- te veo en el infierno- susurré mientras me separaba

Vi a los hombres mientras iba hacia mi habitación tomando una maleta mientras echaba lo necesario, tome el cargador de mi celular, unos audífonos y mis lentes oscuros, baje con cuidado de no caerme y vi como un tipo de acerba mientras quería tomarla

-tengo manos, puedo sola- dije mientras esquivaba la mano de quien alguna vez fue mi padre- espero que sufras y que quede en tu consciencia, así como quedará en la mía Reynaldo- dije sobre mi hombro mientras salía de mi casa

Me guiaron hacia un carro no muy cuidado y así empezó el trayecto del camino, me la pase seria pero que hacía, ¿platicar con mis compradores acerca de Barbie?
Unos momentos más tarde llegamos a una casa enorme, baje con cuidado en el carro y podía ver la silueta de un hombre alto y delgado, pero que Cubría con una capa, lentes solares y un sombrero , no como los que me escoltaban,
Saque mi maleta con cuidado y escuche la voz de aquel hombre

-Esa no es manera de tratar a una señorita- dijo mientras tronaba los dedos y alguien llegaba por mi maleta- perdón por no presentarme soy...

-El idiota que me compro- dije sería y con cara no muy agradable

-Fingiré que eso no me dolió- dijo mientras dejaba ver una sonrisa siniestra- déjame presentarme yo soy- dijo mientras se quitaba la capa y los lentes

En ese momento mi sangre se congelo y sabía que ahora podía ser incluso mi propia muerte, mis manos sudaban y mi labio temblaba

-Jerome Valeska- susurre y él soltó una carcajada mirándome mientras agitaba sus manos

-Bueno...vamos a jugar- dijo mientras los hombres me ponían una bolsa en la cabeza y después de esto, todo se volvió negro

Vendida a unos psicopatas   (Jerome & Jeremiah Valeska) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora