Capítulo doce.

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-No pensarás que tomaremos un taxi hasta allá, ¿verdad?-dijo, medio serenado-. Porque si es así, no creo que tengas el dinero suficiente como para pagar el viaje, recuerda que no está muy cerca el lugar-río de nuevo-. Y no hay autobuses hasta ese lugar, a menos de que tomes tres o cuatro.

Me quedé en silencio y relacioné sus palabras con sus acciones.

-¿Te estás burlando?- volví a fruncir el ceño.

La carcajada melodiosa que aun salía de su garganta enmudeció, y su rostro se volvió serio y cauteloso.

-No-dijo.

-¿Entonces por qué te ríes?-enarqué una ceja.

-Porque me pareció un poco... gracioso-aún bajo las gafas de sol, su expresión era como la de un niño que es regañado por su madre.

-Para mí no es gracioso-dije, severa pareciendo enojada.

-Lo siento yo...

Estallé en fuertes risotadas interrumpiendo su disculpa y se me quedó mirando extrañado.

-¡Caíste! Creíste que me había disgustado-alcancé a soltar entre risas.

Su rostro dejó la seriedad y precaución y se dibujó en él una bella sonrisa.

-Eres mala-musitó y luego río.

-Sólo a veces-reí-. Pero bueno, ya hablando en serio, ¿en qué nos vamos a ir?-inquirí.

-En mi auto-dijo, como si fuera obvio y luego apuntó hacía el vehículo que tenía a un lado. Era un Chevrolet Tahoe Hybrid en color negro.

-En tu auto...-musité- claro, debí imaginarlo-reí, sintiéndome tonta.

Él me sonrió y luego abrió la puerta del copiloto.

-Sube-me indicó.

Me acerqué y me ayudó a subir, tomando mi mano para servir como un apoyo. Algo en mi estómago se movió y estaba segura de que no era la fierecilla; porque ahora permanecía muy quieta.

-Gracias-musité, ruborizada.

-De nada-me sonrió de nuevo, haciendo que el color se profundizara más. Ya hasta estaba pensando que lo hacía a propósito.

Puse el estuche de la cámara sobre mis piernas. El subió a su asiento, y encendió el motor de la camioneta para ponerla en marcha.

-Bonito vehículo-dije.

-Gracias, pero me gusta más el de mi hermano-rió con franqueza-. ¡Oh! Ahora que recuerdo, dice que le encantaría salir para conocerte.

-¿Qué?

-La idea de Emily -aclaró.

-Oh, claro, pues... en ese caso, genial-musité.

-Te va a agradar, es muy buena persona-me dijo, mientras manobriaba con el volante del auto para dar vuelta en una calle.

-¿Tratas de hacer lo mismo que Emily?-inquirí, entrecerrando los ojos y mirándole.

-¿Qué?-la nota de confusión en su voz no me pareció falsa.

-Buscarme pareja-dije.

El rió y se quitó las gafas de sol, dándole paso libre a la vista de sus bellos ojos.

Manual De Lo Prohibido [Chen y Tú] (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora