Capítulo Veintiuno.

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Ambos los miramos con los ojos abiertos de par en par.

-JongDae, ¿recuerdas lo que te dije acerca de la privacidad de las personas?-inquirí.

-¿Es el primer día que se conocen y ya tiene secretos entre ambos?-preguntó, queriendo sonar divertido, pero pude identificar en su voz algún tono amargo muy bien escondido.

-¡¡Uuuyy!!-bromeó Emily, atada de la cintura de JongDae. La fierecilla refunfuñó palabras ininteligibles.

Miré a MinSeok, quién mantenía su mirada fugaz, primero mirando el piso, luego a mí, después a Emily y por último a JongDae, para después volver al piso. Imaginé que estaba ideando alguna forma de salir del embrollo.

-¿Sabes Emily?-dije, como si nada- Creo que invitaré a salir a MinSeok-solté, no muy segura de lo que estaba haciendo; pero si algo había que distrajera a Emily de emparejarme con MinSeok, era emparejarme con alguien más.

Funcionó, la mirada de todos se posó sobre mí. La de MinSeok, agradecida por haber cambiado de tema; la de Emily, resplandeciendo de emoción; y la de Jong Dae, sería, rara.

-¿En serio?-gritó de emoción.

-Sí, la verdad es que es un chico muy agradable y muy lindo además-dije, al fin y al cabo eso sí era verdad.

-¿Y cuándo?-se soltó de la cintura de JongDae y ató su brazo al mío, haciéndome caminar y separándome de MinSeok. Ellos nos siguieron muy de cerca.

-No lo sé, mañana quizá-me encogí de hombros, indiferente.

-¿Entonces te gusta MinSeok?-preguntó y miré por la colilla del ojo a JongDae, quien iba un paso atrás de nosotras junto con MinSeok; repentinamente atento, de nuevo.

¿Qué iba a decir? si decía que sí, Emily especularía bastante hasta llegar a los planes de boda, era capaz; si decía que no, entonces no concordaría en nada con lo que yo había dicho antes, y quedaría como... una tonta.

-Pues... emm...-tartamudeé.

-¡Chicos miren eso!-interrumpió MinSeok, señalando hacía una bicicleta doble- ¡Quiero subir!

-¡Yo también!-dijo Emily.

-¿Qué dicen, chicos?-preguntó MinSeok.

-Emm... bueno, yo... paso-musité, no tenía muchos ánimos de andar en bicicleta.

-Yo también-dijo JongDae, con las manos en los bolsillos-. Vayan ustedes, nosotros los esperamos.

Capté la situación entonces, JongDae y yo, solos de nuevo. La fierecilla brincó de alegría, y su grito era completamente entendible: ¡Sí, sí, sí, sí!

-¿Quieres ir, Emily?-preguntó MinSeok.

-Sí, hace mucho que no me subo a una, pero quiero que JongDae y ______ vengan también.

-Perdóname, de verás, yo paso. Puedes ir tú, Jong Dae-dije al interpelado-. No se preocupen por mí, yo los espero.

-No, vayan ustedes-dijo él-. Esperaremos aquí-sonrió y besó la frente de Emily.

-Aguafiestas-se quejó Emily, pero igual se alejó junto con MinSeok.

Pero antes, MinSeok me miró y me guiñó un ojo disimuladamente, entonces caí en la cuenta de que había hecho lo mismo que yo había hecho antes con él; sacarme de una situación incómoda. Cuando se perdieron entre la multitud, me giré a mirar a JongDae.

-¿Por qué no fuiste?-pregunté. Se encogió de hombros.

-me gusta más estar en tierra-dijo.

-Ya somos dos.

Nos sentamos en una de las bancas, sintiendo cómo el aire movía mis cabellos.

-¿De qué hablaban MinSeok y tú?-preguntó, como quien no quiere la cosa. Me solté a reír.

-Ya recordé que eres curioso-musité.

-Qué bueno que lo sabes, así que dime ahora-quiso sonreír.

-No, no te voy a decir. Eso es entre tu hermano y yo-no sabía porqué, pero la fierecilla se sentía demasiado bien provocando celos en JongDae, o al menos, creyendo que lo hacía.

-Me voy a enterar, ya verás-amenazó y luego sonrió.

-Ya veremos-reí.

-¿Quieres un helado?-preguntó.

-¿Intentas sobornarme con helado?-el rió.

-¿Puedo?

-Lo siento, no-negué con la cabeza, divertida.

-Bueno, entonces te lo invito, ¿quieres? -le miré, entrecerrando mis ojos en él.

-Sin mañas-alzó las manos.

-Está bien.

Nos paramos y nos dirigimos a la pequeña heladería que estaba enfrente.

-¿De qué lo quieres?-me preguntó.

-Chocolate.

Me sonrió y luego se dirigió hacía el chico rizado detrás del mostrador.

El chico y se dio la vuelta, tomando dos copas y depositando en ellas dos bolas grandes de helado de chocolate en cada una.

Le colocó chispas de colores arriba y luego nos lo entregó. Yo le agradecí con una sonrisa. JongDae le pagó al chico y éste se dio la vuelta de nuevo para tomar el cambio.

- gwiyeoun keopeul -dijo él, cuando le devolvió el cambio a JongDae y luego me sonrió. Jong Dae rió y guardó su cambio en el bolsillo trasero de su pantalón.

-Gamsahamnida -musitó.

Me sentí tonta, definitivamente tenía que aprender coreano. Cuando salimos del establecimiento me mordí el labio inferior, indecisa de preguntarle a JongDae, qué era lo que había dicho el chico.

-¿Está rico?-me preguntó él, con esa sonrisa burlona en su rostro.

-¿Eh? Sí-dije.

-Ni siquiera lo has probado-observó y luego comenzó a reír. Qué torpe.

-Ah, sí, cierto-reí, sintiéndome tonta-. Oye, ¿qué dijo el chico cuando te devolvió el cambio?-pregunté, tratando de no verme curiosa. El rió.

-¿Por qué quieres saber?

-Es bueno recopilar palabras en coreano para aprenderlo-qué excusa tan tonta. Rió por lo bajo.

-Bueno, te digo si me dices lo de MinSeok-negoció.

-Olvídalo-me negué.

-Eres dura-rió.

-Sí, y tú muy curioso. Así que olvídalo.

-Está bien. Ya veremos quién sede primero-especuló, divertido.

Manual De Lo Prohibido [Chen y Tú] (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora