Capitulo Uno

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La arena del mar estaba fría en la mañana. Parecía gris igual que el cielo, sin embargo el mar seguía siendo azul. Las olas gigantes de Australia parecían venir hacia mi, sin embargo, desaparecían en la arena mojada bajo mis pies. Le gustaba la playa en general, tal vez por eso seguía en Australia. Bueno, eso y el hecho de que amaba Buscando A Nemo. Joder, como le gustaba esa pelicula.

Bajo su mirado a su mano izquierda; el pequeño hilo de no más de treinta cm. Cerca de su dedo era de un rojo intenso, pero al final era negro -como si alguien lo hubiera quemado, pero sabía que no era asi. El hilo se movia y no sabía si era por el aire o por el movimiento de su dedo, realmente no lo sabía. Normalmente era una persona muy risueña, pero saber que nunca realmente encontraría a su alma gemela la mataba y lo peor es que su trabajo era sobre tratar de hacer más facil que alguien se conociera. Agradecía que realmente no hubiera tantas personas atadas entre sí.

Los surfistas empezaban a llegar, aun que eran tempranas horas a la mañana y el cielo seguía grisesco. Suspiro y empezo a caminar hacia la calle cerca de la playa. A estas horas, los establecimientos con el día hacia parecer como si este fuera el fin de algún videojuego de terror. Río ante sus pensamientos y, para quitarse la tristeza, empezo a cantar en un susurro su segunda canción favorita en todo el mundo.

-Nadaremos, nadaremos. En el mar, el mar... ¡Ops! Lo siento, yo-yo...- subio la mirada y se encontro a un chico de mirada cafe y pelo negro que le sonreía.

Ambos se quedaron viendo, pero Philomena no estaba muy segura si ella le sonrío de vuelta. De cualquier forma, si le hubieran dicho que iba a pasar lo que siempre pasa en un musical americano, tal vez se hubiera vestido mejor para la ocasión. Solo llevaba unos pantalones de chandal azul marino hasta un poco más abajo de las rodillas y una blusa holgada blanca. Pero de todos modos no hubiera encontrado realmento bonito, tal vez un short no-tan-arrugado, con suerte. Bueno, el momento empezaba a ser incomodo asi que Phily bajo la mirada y vio las cosas tiradas del chico y se agacho a recojerlas. Casi inmediatamente el la siguio para ayudarla, eran silbatos y googles, algunas gorras para nadar y tapones para oidos y narices.

-Inte-Interesantes cosas- dijo con una sonrisa tímida mientras le entregaba sus cosas.

-Uhm... Si. Yo, yo trabajo en una tienda de por..., aqui.- dijo parandose y ayudandola a ella.

-¿Enserio? No tienes pinta de eso.- dijo despues de una risilla.

-Si, me lo dicen mucho. Por eso el bote de propinas esta vacío.- se quedaron viendo un rato mientras se tambaleaban en sus talones y despues rieron.

-Philomena- dijo tendiendole la mano.

-Uy, que formal señorita Phily- dijo tomandole la mano con un vacilante gesto petulante-. Calum, nena.

-Ya, galán.

-Ya.- ambos ríeron.

-Oye, me has caído bien y todo, pero ¿no tendrías que ir a trabajar?

-Joder, si.- se paso las manos por el pelo, la miro y luego sonrío.- Me-Me tengo que ir.- y salio corriendo calle abajo-. ¡Llamame!- grito cuando ya estaba a una manzana y media de ella. Philomena se le quedo viendo y sonriendo observo como giraba para seguir corriendo.

-Pero Calum, no tengo tu numero.- dijo en un susurro cuando el ya se encontraba muy lejos.

N/A BOOM. Estuve a punto de no subir. No, no ah sido la tarea (quien hace la tarea los viernes). Es por el capitulo. Lo eh estado omitiendo toda la semana pero bah, por fin esta aqui. Es que saben que tan dificl es hacer que dos personas se conozcan en una playa. ¿No? Pues mucho. Bye bye.

Red destiny | Calum Hood | The Cupid Officies Series num.2 | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora