DIECIOCHO

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Estábamos sentados en la mesa. No entendía nada, ¿YoonGi? ¿Min? que me ocultaba Suga. Desde que llagamos su madre lo ha estado llamando así, además, no es la primera vez que escuchaba que lo llamaban de esa forma, no quise decir nada, por ahora. Tocaron el timbre de la puerta de la gran mansión.

— Buenas tardes. -todos volteamos a ver quien era. ¿Pero que hace ella aquí? volteé a ver a Suga, que estaba a mi lado.-

— ¡Hye, querida! Pasa, pasa. -se levantó la señora Min de su asiento para ir a saludar a Hye. Que amable, ya ni así me recibió.-

— Buenas tardes Sr. Min. -hizo una reverencia.

— Hola Hye. -no le tomó tanta importancia.- ¿A qué se debe tu visita?

— ¡Pero que mal educado eres Min! -reclamó su esposa.- Vino para aclarar unos asuntos con YoonGi. -lo miro.-

— Yo no tengo que aclarar nada con ella.

— ¡Claro que sí! ¿Acaso no te acuerdas del contrato? No podemos mezclar la sangre Min con alguien más que no sea de nuestra clase, mucho menos con ella. -me apuntó. Yo no decía nada, sabía que esto se iba a salir de control.-

— ¡¿Para eso nos hiciste venir?! Me parece una mierda el contrato que según tú existe. ¡Una de esas razones me escapé de esta maldita casa, una de esas razones odio mi nombre! -Suga se veía muy enojado.-

— ¡Hijo! Abre los ojos, ella no te conviene, no te dará lo que necesitas, Hye sí. 

— T/N me ha dado lo que ninguna otra mujer me ha podido dar, contando a Hye. Y si quieres que nuestra relación se termine, no lo vas a lograr, porque el amor que sentimos es más fuerte que tu estúpido contrato. -Suga dijo eso y la Sra. Min sólo se empezó a reír.-

— YoonGi Pero si nunca has amado. Sacaste el mismo genio que tu padre. 

— Mi padre siempre me apoyó con todo, tú no. Así que no vengas a decirme que no sé amar. Amo a mi padre, amo a T/N, amo a mi hermano, A ti y a ti. -apunto a su madre y a Hye.- Las quiero ver lejos de mi vida. -agarró mi mano y fue directo con su papá.- Lo siento mucho papá. 

— No te preocupes hijo. -sonrió.- Les doy mi bendición. -hicimos una reverencia.- 

— ¡Pero como se te ocurre! -exclamó enfadada su esposa.-

— Gracias Sr. Min. -salimos de la mansión Min ignorando a la Sra. Min y a Hye.- 

°°°

Suga estaba manejando, no sabía a donde íbamos, el silencio que se oía era muy matador, era incomodo. Después de quince minutos llegamos al lugar favorito de Suga, donde nos hicimos novios. Se bajó de la camioneta y empezó a gritar y aventar piedras al vacío. Decidí bajarme también para calmarlo un poco.

— No entiendo nada... ¿Min? ¿YoonGi? -lo miré.- ¿Quién eres? -me miró y se acercó a mí, acarició mi mejilla.- 

— No quería meterte en esto... Lo siento. Min... YoonGi era mi nombre. 

— Es. -lo corregí.-

— Era. Min YoonGi ya esta muero.

— Que dices Suga, ¿Te estas escuchando? -no dijo nada más y me abrazó fuertemente.-

— No me dejes... Por favor. No ahora. -empezó a llorar.- No nos deja ser felices, ni a mí y ni a mi hermano. La odio...

— No digas eso, es tu madre... -lo acaricié del pelo.- Y no, no te dejaré. -me recargo hacia la puerta de la camioneta y me besó.-

El beso se fue tornando un poco rápido y con mucho deseo, desde la otra vez he estado tentada por él. No quería que parara, quería saber como se sentían sus manos en mi piel y que nuestros cuerpos se tornaran en uno sólo. Quería saber como se sentían, quería experimentar.

Así que abrí la puerta que nos obstruía de nuestra ahora cama. Me recosté en el asiento y Suga ya sabía lo que quería.

— Sigo pensando que necesitas tiempo. -dijo un poco agitado.-

— Sabemos perfectamente que esto ya no puede parar, ¿Verdad? -dije eso muy agitada y él simplemente sonrió.-

— Creo que estas más que preparada. -bajó el asiento, hasta topar con el de atrás.- Los chicos tendrán que lavar el carro luego. -sonrió y me besó.-

Nos estábamos dejando llevar. Dirán, ¿No fue incomodo en el auto? Para nada, si te dedicas a lo que vas, nada es incomodo. Al poco rato ya estábamos en el asiento de atrás, Suga sin su chaqueta y camiseta y yo sin mi blusa. Suga tenía una piel demasiado pálida, no tenía cuadros como otros chicos, tenía su pancita toda linda, para mí, él era más que perfecto. Temí por un momento, ¿Qué diría del mío?

— Eres perfecta... -me miró. ¿Cómo lo supo? no lo sé, pero este chico me encanta. Sonreí y me dediqué a ponerme en horcajadas.- Esto estorba. -posaron sus manos por mi espalda, haciendo contacto con mi piel, mi piel se empezó a erizar, y logrando quitarme el brasier. No despego su vista para nada.- Eres perfecta, cariño. -pasó sus manos en mi cintura.- 

Suga empezó a bajar sus manos hacia mi trasero y los acarició. Poco rato después estaba acostada en el asiento y él arriba mío, quitando mi pantalón y quedando en sólo con mis bragas negras. 

— El negro me encanta. -bajó a mi zona intima.-

— Q-que haces... -trataba que ningún gemido se me saliera de mis labios.-

— Veo que te haces la fuerte... -quitó de una sólo lo que al parecer le estorbaba.- Te haré gritar mi nombre... -jadeo.- Joder... Eres hermosa. -se acercó de mi zona intima y empezó a lamerme. Esto era muy exquisito, no aguantaba, trataba de aguantarme, pero me era imposible.- Dilo... -callé.- No te escucho. -volví a callar, ya no aguantaba más.- ¿Entonces quieres que pare? -se separó de mí.-

— Joder Suga, sigue... No pares... -gemí. Recibiendo una sonrisa de satisfecho por su parte. Volvió a lo suyo.-

Acariciaba mis senos, yo sólo me daba más placer con acariciar su pelo, era muy excitante. Sentía que me venía. 

— Eres muy valiente al no venirte... -metió dos dedos a mi zona intima, moviéndolos con un poco de brusquedad, pero placer a la vez.- Vamos nena... Córrete. -y con sólo escuchar esas dos pablas me corrí. Suga empezó a lamer cada gota de mí.- Sabes tan bien... -se acercó a mí y me besó.- Sabes... Ya no aguanto más... -se sentó y se quito el pantalón, dejándose ver su gran erecto amigo. De tan lechosa que era su piel la puntita solo se veía rosa.-

Empecé a masturbarlo, sus gemidos se escuchaban al más no poder, la noche ya estaba cayendo. No conocía ese lado de Suga. Me senté en horcajadas y empecé a mover mis caderas. Suga introdujo su pene en mi entrepierna, provocando que diera un fuerte gemido. Juntamos nuestros labios y al poco rato, ya éramos uno sólo. Sus penetraciones eran en verdad excitantes. 

°°°

La noche callo, dejándose ver con una hermosa vista de estrellas en el cielo que eran testigo de esta gran noche... Dos chicos locamente enamorados, desnudos, que estaban dispuestos a enfrentar todo lo malo que se viniera a partir de hoy... Porque ahora eran uno sólo. Y cerrando su noche con un "Te amo" dejándose ver a los dos chicos dentro de la camioneta y dándose amor uno al otro.


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¡POR FIN! pudieron tener ya su gran noche 7u7

Espero que en verdad les haya gustado el capitulo de hoy :)

si fue así no te olvides de dejar tu poderosa ⭐ y de seguirme <3

nos leemos📖 hasta la próxima.❤












© 𝐌𝐢 𝐥𝐢𝐧𝐝𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐚 || 𝑺𝑮 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora