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En cuanto la noche llegó y Jungkook pudo terminar de limpiar el "sistema de emergencia" de JiMin, Jungkook se decidió a preguntarle al pequeño sobre su pesadilla

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En cuanto la noche llegó y Jungkook pudo terminar de limpiar el "sistema de emergencia" de JiMin, Jungkook se decidió a preguntarle al pequeño sobre su pesadilla.

Sobre su vida, en realidad.

Poco conocía sobre lo que había vivido antes de volverse un bicho raro. Le causaba curiosidad.

JiMin estaba muy tranquilo sobre la cama de Jungkook, mirando al techo muriéndose de aburrimiento, pero estaba tranquilo. Como si aquella noche nunca hubiese pasado.

Jungkook apagó todas las luces de la casa y entró a su cuarto, sonriendo de lado.

— ¿No tienes tu propia cama para desperdiciar tiempo? — Preguntó burlón, consiguiendo un gruñido de parte del chiquillo.

JiMin vio como el empresario tomaba su pijama y se metía dentro del baño. Dejó escapar un suspiro mientras cerraba los ojos y olfateaba un poco las sábanas. Eran suaves y tenían el olor a la colonia de Jungkook, él había desarrollado una fascinación por esa colonia desde que Jungkook lo había sentado sobre su hombro.

—JiMin, ¿Podemos hablar? — Se sobresaltó sentándose de golpe y asintió, viendo a Jungkook estirarse en su lugar. El mayor sonrió y se sentó en la cama, dejando que JiMin se sentara sobre una de sus piernas.

— ¿Es sobre lo que pasó en la noche? — Inquirió en un murmuro el pequeño, y Jungkook gruñó en afirmación. JiMin se removió — ¿Qué quieres saber? — Preguntó ya resignado. No tenía sentido el seguirlo ocultando.

— ¿Qué soñabas? — Cuestionó Jungkook, acercando su dedo índice al rostro del pequeño y lo acarició suavemente, tratando de hacerlo sentir cómodo.

JiMin suspiró tomando valor y lo miró a los ojos.

》JiMin había perdido la cuenta de cuantos días llevaba durmiendo en una caja de cartón en la calle, apenas si comía algo de lo que hallaba en las mesas del restaurante enfrente a su callejón y se bañaba con el agua que recolectaba en un recipiente de plástico de un caño roto. No, no la estaba pasando especialmente bien, y si a eso se le sumaban las noches en las que las mujeres de compañía se paraban a trabajar allí...no podía dormir bien.

Era primavera, ya no hacía tanto frío y cometió el error de salir de la caja cuando atardecía.

Una niña, no recordaba su cara, no recordaba nada, solo que la pequeña lo agarró como si de un muñeco se tratase y lo encerró dentro de su caja, llevándolo lejos de su único hogar.

El viaje era largo, veía como la niña de tanto en tanto miraba por una abertura de la caja y se reía a carcajadas mientras sus padres hablaban. Nunca le había temido tanto a un niño pequeño.

Él intentó hacer ruido, escapar también, pero la pequeña sacudía la caja con fuerza golpeándolo. Esos moretones y raspones tardaron semanas en sanar.

Cuidando a un Mini JiMin 작은 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora