Cuidando a un Mini JiMin 작은 "Kookmin"

Fin

Jungkook respiraba pesadamente, apenas si podía moverse en el sofá y sentía cosquillas en su nariz cuando inhalaba.

La noche se le había hecho corta y, a pesar de estar muy incómodo, había dormido como dios manda.

Parpadeó repetidas veces cuando la luz de la mañana lo encegueció y tuvo que ahogar un grito cuando vio a un chico desnudo acostado sobre él.

Se mantuvo quieto, analizando la esponjosa cabellera rubia encima suyo y tomó aire antes de moverse lo más mínimo y mirar el rostro se su acompañante.

JiMin.

Sus ojos se abrieron de par en par y tomó una manta que había en el respaldo, tapándolo inmediatamente, tratando de no moverse bruscamente.

JiMin era grande.

JiMin estaba desnudo y grande encima suyo, en el sofá.

Una sonrisa de alegría pura se formó en sus labios y, sin saber que hacer primero, lo abrazó comenzándole a hacerle cosquillas.

JiMin rió suavemente antes de abrir los ojos y golpearle en la mano, sonriente.

Su sonrisa se desvaneció, palideciendo, y se golpeó la frente por ser tan bobo como para quedarse dormido y no haber huido, había perdido la oportunidad de que Jungkook se librase de él. Hizo un mohín, frunció el ceño y se levantó del sofá con los brazos cruzados.

Se levantó del sofá, sin saltar, solo haciendo un mínimo esfuerzo.

Gritó sorprendiendo al mayor y se subió al sofá de un salto, aferrándose a Jungkook.

— ¡He crecido! ¡Ya no soy un bicho! ¡Jungkook, he crecido! — Los gritos de JiMin se oían por toda la sala y Jungkook no podía creer que ese pequeño tuviera la voz tan delicada y relajante, pegaba completamente con su rostro de bebé y hermosos rasgos. Le encantaba.

De un movimiento lo recostó encima de él y le plantó un sonoro beso en los labios, callándolo.

—Son las 7 de la mañana, bebé, los vecinos van a odiarme. — Dijo Jungkook riendo al ver como todos los colores se le subieron al rostro a JiMin.

—Y-Yo soy grande. — Susurró JiMin al momento en el que sus ojos se llenaron de lágrimas y abrazó con todas sus fuerzas a Jungkook. Estaba que no podía más con su felicidad, había vuelto a ser un chico de 17 años.

—Minnie, debes vestirte... — Murmuró Jungkook sobre su oído y recién en ese momento el menor se dio cuenta de su desnudez. — Ponte mi ropa ¿Si? Luego iremos a comprarte todo lo que necesites. — JiMin asintió completamente avergonzado y, tapándose a duras penas, fue hasta el cuarto.

Jungkook respiró profundamente sin dejar de sonreír, el corazón le latía a toda velocidad, tenía tanta adrenalina en su cuerpo que no sabía que iba a hacer. Su chiquillo, su pequeño ya estaba bien.