Joaquín;
Aquí estamos de nuevo.
Siento sus labios sobre los míos, fríos y vacíos. Estoy consciente de lo que viene después de esto, sé exactamente lo que dirá pero no quiero escucharlo, no de nuevo. Por ello, decido abrir mis labios y darle acceso a todo de mí, él parece disfrutarlo bastante.
Siento como ahora su respiración se vuelve más densa sobre mi piel, escucho el cantar de sus suspiros repentinos y los jadeos que mis acciones provocan en su cuerpo.
-Sé mío- son mis palabras al momento exacto que comienzo a tocar sus brazos, tirando poco a poco de su chaqueta de mezclilla, dejando expuesta su suave piel.
Él me sonríe y vuelve a besarme. Esta vez con necesidad, tomando mi cintura y acercándome más y más haciendo que el aire falte en mis pulmones, sé que pronto voy a tener que separarme de sus labios por necesidad de oxígeno. Pero, ¿quién necesita respirar cuando está besando a Emilio Marcos?. Por un momento siento que estoy en el cielo, volando cada vez más alto. Cierro mis ojos con fuerza al sentirme mareado, de pronto, todo mi cuerpo parece estar en una burbuja, demasiado aturdido para siquiera escuchar. Todos mis sentidos se apagan, estoy operando por instinto, lo sé porque de un momento a otro el pasillo se convierte en una habitación oscura.
Me separo con rapidez, Emilio parece confundido por un segundo y luego se acerca a mí, toma mis manos y me observa con intriga. Sus ojos tienen un brillo deslumbrante, sus pestañas se mueven tan lento que parece un tortura, veo su lengua recorriendo sus labios dolorosamente lento para, finalmente, soltar un largo suspiro. Sé que no dirá nada. Sé que no le interesa tampoco así que dirijo mi mirada a un punto perdido de su habitación, he estado aquí muchas veces, ninguna realmente importante para mencionarla. Es allí cuando me doy cuenta que no hay nada especial en nosotros, si es que existe un 'nosotros' alguno. Deseo tener el valor suficiente para decirlo en voz alta, para bajarlo del trono en el que cree que está, pero no puedo, yo mismo he sido quien le ha coronado, nombrándole rey.
-Tengo que irme- menciono de repente- mi mamá dijo que tenía que estar en casa a las 10:00 PM y van a ser las 11:35 PM.
-Sabes que puedes quedarte, hazlo.- dice acercándose bruscamente a mi rostro.
Lo considero por un fugaz segundo, deteniéndome rápidamente y negando con la cabeza como si mi vida dependiera de ello. No puedo hacerlo, no soy lo suficiente fuerte para ello.
-Me encantaría, pero mi mamá no lo aceptaría, estoy castigado.- miento para librarme de esta extraña situación.
Él sólo ríe un poco, burlón. De un momento a otro comienza a soltar una carcajada bastante exagerada; generando un eco en la habitación.
-¿Qué es tan gracioso, Mailo?.- pregunto segundos después de que para de reír .
-Lo que pasa, es que eres un mentiroso.- dice mientras toca mi rostro con suavidad.
Acerca sus labios y me da un corto beso, demasiado pequeño, incluso podría haberlo imaginado. Tal vez lo hice. Sus manos recorren mis mejillas, con demasiado cuidado, para un momento después pellizcarlas y moverlas de un lado a otro. Me sonríe, para soltarme y dirigirse a su baño; el sonido de la ducha se hace presente unos segundos después de que la puerta es cerrada con llave.
-Hablé con tu mamá antes de que llegaras, dijo que no habría problema si te quedabas.- Emilio grita desde la ducha.
Puedo sentir como el calor de mi cuerpo se acumula en mis pómulos, llenándolos de un bonito carmesí que se expande por todo mi semblante. Cierro mis ojos maldiciendo por dentro, siempre hace cosas sin mi autorización, claro, ¿qué importa mi opinión acerca de dónde voy a dormir?. El enojo recorre cada centímetro de mi cuerpo; así que tomo mis cosas y salgo de la habitación.
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Give me everything; EMILIACO;
FanfictionDonde Joaquín está harto de obtener amor a medias y está dispuesto a todo.