El comienzo del fin.

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Joaquín;

La vista que tenía frente a mí era sacada de una película romántica. Ni el mismo Romeo prepararía algo tan especial.

El ver la playa llena de mantas blancas, rodeadas de Dalias color naranja hace que mi pecho explote, el sinfín de emociones dentro de mí me llega de golpe.

Giro mi cabeza para encontrarme con la mirada atenta de Emilio, tratando de descifrarme. Lo veo tratando de transmitirlo todo. Su sonrisa crece al momento en que mis ojos conectan con los suyos.

Él entendió mi sentir.

Quiero agradecerle, decirle que lo amo. Pero las palabras no salen. Tengo un discurso preparado en mente, pero sé que soy un desastre para soltar palabras.

Así que le digo todo con un beso, tratando de que entienda mi mensaje.

"Te amo" quiero decirle. Pero no puedo. No cuando mi pecho se siente tan comprimido y la falta de aire me hace comenzar a respirar con dificultad. Soltando suspiros dolorosos cada segundo.

Cuando siento que voy a caer, Emilio toma mi cintura, para después llevarme a sus brazos. Cargándome hacia las mantas.

Una vez me baja puedo notar que no es todo lo que hay, pequeños sobres se encuentran derramados sobre la arena, fotos de nuestro pasado, pequeños dibujos que le regalé con el tiempo. Y al final, está una Dalia roja.

Entonces Emilio rompe el silencio, escucho como su respiración se vuelve pesada. Sus pupilas algo dilatadas y el sonrojo de su rostro me dicen que algo importante está por salir de sus labios. Y estoy dispuesto a escuchar cada sílaba.

-Yo quería tomar este día para hacer algo especial para ti. Y ahora no sé qué decirte. - comienza, tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos con fuerza.- Joaquín, yo... yo realmente te quiero. Y el sentimiento me está quemando por dentro. Quiero ser honesto contigo y decírtelo todo. Pero no puedo. Mi pecho siente que va a estallar y que de allí saldrán miles de estrellas, pero sé que ninguna es tan importante como la que tengo frente a mí. Tú has estado para mí incluso cuando las cosas eran difíciles conmigo, o cuando era demasiado fácil hasta el punto de ser ausente. Y lamento tantas cosas, lamento el tiempo perdido, los momentos perdidos. Lamento el no ser suficiente, el no llenarte de todo aquello que mereces, de no ser suficiente luz, de sentirme opacado siempre que estoy contigo. Lamento estar desperdiciando esto ahora también y hablando cosas que no tienen un sentido alguno.- una sonrisa rota aparece en su bello rostro y me encargo de pasar mi mano por él, diciéndole que lo lamento también.- Yo sólo quiero agradecerte. En cada momento que he compartido contigo, puedo sentir como mi universo cambia. Y es que tú eres la diferencia de todo. Yo no podría sin ti, Joaquín. No.

Emilio corta su discurso con un jadeo lastimero, las lágrimas son demasiado visibles desde donde estoy. Su corazón se siente fuerte así estemos unos centímetros aparte.

No sé cómo reaccionar ante esto. He tenido tantas veces a un Emilio roto en mis brazos, pero nunca de esta forma, nunca se sintió tan perdido, tan indefenso.

Está bajando la guardia.

-Emilio, necesito que respires.- suelto palabras apenas perceptibles.- por favor, respira conmigo.

Pongo sus manos en mi pecho, para después colocar las mías en el suyo. Tomando respiraciones hondas para que pueda seguir el paso. Nunca pierdo el contacto de sus ojos con los míos.

Emilio es un alma frágil, lo he sabido desde que somos chicos. Pero nunca lo vi destrozado. Nunca lo vi perdiendo el control y ahora estoy roto también.

-Estoy bien. Gracias, cielo. - es lo que dice después de un tiempo.

Entonces me regala un beso que grita agradecimiento por todos lados. Sus labios sólo alcanzan a rozar suavemente los míos. El pequeño toque hace que nuestras almas conecten. Me siento en plenitud.

Give me everything; EMILIACO;Where stories live. Discover now