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Playera del equipo nacional de soccer, negra, con su nombre y el de sus hijos atrás, pantalón de mezclilla, los tenis más cómodos que encontró y estaba listo, T/N no quería a Kim Seok Jin el hombre de negocios, dueño de empresas, al CEO respetado y temido, no, ella quería a Jin, el lindo chico de universidad al que no le importaba si iban a comer brochetas de cordero en un puesto callejero o hot dogs en un Oxxo, el chico que amaba tanto a sus hijos que no perdía oportunidad alguna para abrazarlos y llenar su rostro de besos a pesar de que estos hicieran muecas de asco o inconformidad, amaba al hombre que prefería pasar horas en su casa antes de estar encerrado en una oficina; con esto en mente, Jin salió de su casa con rumbo a un viejo callejón olvidado que parecía sacado de un cuento de terror en donde, en realidad, había personas muy amables y estaba el restaurante chino al que había asistido tantas veces en el pasado, en donde su galleta de la fortuna le aseguraba estaría su eterno amor... y allí estaba ella luciendo hermosa con lo que se probara, un lindo vestido casual con unos tenis, el lugar perfecto, las personas perfectas, ella no necesitaba un vestido de gala y él no necesitaba un traje hecho a la medida por un sastre italiano con seis dedos en una mano, solo se necesitaban a ellos.

—hola, ¿cariño?— dijo T/N con las mejillas rojas y una gran sonrisa.

Lo sentían de nuevo, todo el zoológico queriendo escapar de su estómago, los fuegos artificiales que quemaban por dentro, a los que comúnmente le llaman nervios, el mundo deteniéndose a su alrededor, lo sabían no importaba el lugar, solo importaba estar con la persona correcta.

—Hola— respondió el rubio nervioso, su voz temblaba al hablar y sus pies parecían estar pegados al piso pues no pudo dar paso alguno cuando intentó acercarse a la castaña.

—en verdad viniste — ella tenía un rostro de sorpresa

—tú querías que estuviera aquí — sus ojos perdieron el brillo especial que tenía segundos antes — me refiero... yo... tú me pediste venir si quería arreglar las cosas contigo y aquí estoy — se apuntó a si mismo de pies a cabeza, el brillo regresó.

—tenemos que hablar— soltó una risa a lo que Jin la vio extrañada — recuerdo la primera vez que te dije esto — respondió su duda, lo conocía tan bien que sabía que lo preguntaría

—estabas embarazada en esa ocasión...— lo pensó por unos segundos antes de abrir los ojos en exceso —¿estás embarazada?

Ella negó rápidamente con la cabeza y soltó una carcajada que hizo que todos los comensales los voltearan a ver.

—no, tonto — no podía parar de reír lo que le dificultaba hablar— no me refiero a eso— le sonrió al lograr calmarse — tienes un punto

—¿un punto?

—creo que tu mamá algún día te lo dijo — asintió con un rostro tranquilo— sabes bailar y eres gracioso, ya ganaste varios puntos

—¿tengo que volver a cortejarte?— Preguntó preocupado — si me das media hora voy por flores

—no son necesarias las flores — agradeció con un gesto de cabeza y una sonrisa — y claro que tienes que volver a hacerlo, ya no somos nada pero esta vez tienes algo a tu favor

Mentiría si dijera que el "ya no somos nada" no dolió como el infierno, aguantó sus ganas de desplomarse y llorar para hablar con normalidad y seguir su juego.

— ¿a si?—preguntó con la voz más normal que pudo salir

Que estoy enamorada de ti desde que tenia 16.

Back for you |Kim Seok Jin & T/N| (cuarto libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora