❀¦tres

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Última parte.

La lluvia no tardó en caer luego de un par de horas en donde se habían quedado dormidos en el viejo sofá perteneciente a donde en un pasado, el rubio hacia llamar hogar aquella vieja cabaña.

La chica abrió sus ojos sintiendo como el varón tenia un brazo bajo su cabeza y su otro brazo depositado en un fuerte agarre en su cintura. La fémina dio un suspiro, tenía que irse ya mismo, aunque sus caderas y entrada le dolierán como latigazos en la piel.

Dio pequeños toques al gran y fuerte brazo del rubio quién al instante respondió ante el contacto abriendo así sus ojos haciendo un choque con los contrarios. Sus ámbar volvieron a expresar total aburrimiento como fue en su encuentro en la tienda, no como hace unas horas cuando estaban repletos de deseo. Ahora simplemente eran extraños compartiendo un sofá luego de un acto sexual en el cual no habían sentimientos y tan solo hicieron por curiosidad y placer.

— Gracias —musito la chica con una sonrisa. El rubio negó levemente con su cabeza dando paso a un bostezo y dejar de apresarla en su agarre contra su cintura.

La chica tomó la camiseta de mangas largas que él rubio usaba, anteriormente, colocándosela para buscar alrededor de la sala de estar sus prendas que no tenia idea de donde habían caído luego del deliberado encuentro.

🏮🏮🏮

—Entonces en resumen, antes de regresar a casa follaste con una chica que a duras penas conoces gracias a tu enemigo —inquirió su hermano mayor, alzando su ceja derecha llevando su taza de té a sus labios aun sorprendido por la historia de su hermano.

Galliard se alzó de hombros, no le tomaba importancia al asunto pero su hermano pregunto el porqué de su palpable cansancio e insitiendo logró sacarle la verdad.

—En resumen —habló como lo más normal.

Marcel se encontraba levemente confundido, ni se imaginaba que su hermano fuese de ese tipo de chicos, aunque la verdad que él mismo escucho de sus labios que era un tipo de venganza para su enemigo.

—¿No te importa? —cuestionó viéndole con palpable sorpresa.

El rubio miro directamente a los ojos marrones de su mellizo con la mirada igual de aburrida que siempre —No me interesa en lo mas mínimo, después de todo ella me lo pidió, vi la oportunidad y lo hice —explicó con una sonrisa de lado — Ademas, es su vida y si quiere follar con quien se le cruce en el camino, que lo haga. Me da igual ser uno mas del montón.

Her Life || Porco Galliard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora