❀¦uno

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La madrugada asaltaba en las casa del pequeño y solitario pueblo. Para ella todo era aburrido en ese pueblo al que hacia llamar hogar desde hace veinticuatro años.

Quería vivir su vida y estar toda ella en ese deprimente pueblo no era manera de disfrutarla, quería salir a otros lugares y finalmente conocer lo que era "Follar", si follar.

Había estado con varios hombres pero nunca en ese ámbito debido a lo estrictos que podrían ser sus progenitores en cuanto llegar virgen al matrimonio. Pero siendo honestos a ella le da igual llegar o no virgen, en el momento en que te amarras con alguien que no te garantiza la felicidad si no tan solo muchos años llenos de amargura, antes de que ese horrible destino llegue, prefería disfrutar lo suficiente.

Así pensaba ella, después de todo era su vida.

Tenia que buscar como irse, si bien es incierto que sus padres le diesen el dinero por tan solo un capricho más de su parte. Pero ese no era el problema, ella quería irse y nunca regresar, comprar tal vez una casa de esas gigantes y no volver, aunque si buscaba ayuda de sus padres claramente tendría que pensar en otra cosa por hacer.

Sin más remedio salió de su casa respirando la madrugada y quién sabe la vida que lleve por delante luego de salir de ese pueblo que tan aburrido le parecía en demasía, sin importarle que ahí creció. Estaba dispuesta a al fin salir de tanto aburrimiento, de tanto ver su vida ir y venir como se le antojaba. Ahora estaba dispuesta a hacer algo interesante en ella.

Camino haciendo que sus botas hicieran contacto con la húmeda tierra, una lluvia torrencial habia dado lugar horas antes por lo que había un frío que calaba hasta los huesos, contando en que vivía en medio de la nada. Literalmente. Por tanto, había algo especial en la lluvia en lugares de climas cálidos así como lo es ese pueblo.

Hurgo en los bolsillos de la sudadera que traía consiguiendo algunos centavos con unos cuantos dolares, diez para ser precisos, con eso le bastaba para pagar un camión, es decir el próximo que saldría de la ciudad. Sin embargo no planeaba irse sin desayunar, su estómago aclamaba por alimento y no estaba en sus planes ignorarlo.

Recordó que había una tienda que se encontraba abierta las veinticuatro horas del día, "¿Quien ponía esas cosas en medio de la nada? " se cuestionaba.

🏮🏮🏮

Miró la puerta de cristal y amarró su cabello en un moño para adentrarse a la tienda. Las campanas hicieron presencia a tan solo su entrada llamando la atención de las pocas personas que habían en el lugar. Dos personas para ser precisos.

El dueño de la tienda y un chico que tal parece tenia su misma idea solo que con otros objetivos, escapar a casa de su hermano mayor, entrando en detalles. El chico buscaba provisiones para el viaje de larga distancia que emprendería, tenía el dinero que robó de su padre hace unos meses y sus ahorros por lo cual era lo que menos le preocupaba.

Ignoró completamente la campana que indicaba la entrada de un cliente, después de todo es para lo que estaban las tiendas de veinticuatro horas y no le extrañaba otra presencia. En ese pequeño pueblo estaba más que seguro que no era el único en querer salir despavorido.

Se movió hasta el siguiente pasillo donde encontró una silueta femenina tratando de alcanzar lo que parecía un snack. Miro el cuerpo de la más baja, era de complexión algo delgada alcanzando el estereotipo de lo que llaman "Rellenas" no estaba tan delgada, su cabello es de un color castaño y su piel algo morena. Así le analizo desde el punto donde se encontraba.

Era la clase de chica que a él le gustaban, aunque con aquel abrigo y los jeans holgados que la fémina traía no es como si su vista podría viajar más allá de donde analizo.

Her Life || Porco Galliard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora