Las historias de Candy Cadet

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Yo soy Candy Cadet, ven y busca tus dulces aqui. Tengo dulces todo el dia, todos el dia. Caramelo. Caramelo. Caramelo.
Volver a Candy Cadet otra vez y ¿tal vez te cuente una historia

Historia 1 - Las cinco llaves

Ahora voy a contar una historia sobre una joven que fue sellada en una pequeña habitación. En la habitacion habia un horno y cinco llaves. Le dijeron que cada una de las cinco llaves abriría una de laa cinco puertas fuera de su habitación. Dentro de cada habitación habia un niño que podía llevar con ella mientras huia de la protuberancia. Pero solo se le permitió salir de su propia habitacion con una llave, no las cinco. Desesperada por encontrar una manera de salvar a los cinco niños la mujer derritió las cinco llaves juntas en el horno para crear una sola llave, con la esperanza de que se desbloquearian las cinco puertas. Pero, por supuesto, no funcionó de esa manera. Ahora su llave abrió ninguna de las puertas. En lugar de salir de su habitacion con una llave de una vida, había tomado con su llave a cinco muertes

Historia 2 - Los cinco huérfanos

Ahora te contaré una historia. Una historia sobre un hombre amable que visitaría a cinco huérfanos y les traeria juguetes y alegría. El hombre vivía solo y vivía con miedo de que alguien pudiera irrumpir en la cada de uno de los cinco niños. Así que adoptó los cinco y los reunió en un lugar en su propia casa. Les prometió que nunca los dejarían, y prometieron siempre venir y nunca quedarse fuera demasiado tarde. Se fue un día para comprar comida, su corazón se lleno de alegría, pero volvió a descubrir que el ladrón hacia elegido su casa y mato a los cinco niños. El hombre solo podía permitirse un ataúd, por lo que cosío los cinco cuerpos juntos pista hacer uno, y enterró al niño. Esa noche, hubo un golpe en la puerta.

Historia 3 - Los cinco gatitos

Ahora te contaré una historia dice un niño. Tenía una serpiente roja que guardaba en una jaula de metal cuyo hambre no podía ser satisfecha. Un día, el niño encontró cinco gatitos fuera de su casa. Los trajo dentro y los guardo en una caja de zapatos. Sabía que si elegía un gatito para alimentar a la serpiente, podría estar satisfecho, pero no podía elegir. Así que se fue a la cama, dejando la jaula abierta. La serpiente fue a la caja de zapatos, eligió un gatito al azar, y se lo comió. Después de pasar cinco noches, el niño estaba lleno de remordimientos, y abrió la serpiente. Armó los restos juntos y volvió a poner el gatito en la caja de zapatos.

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