Capitulo X

11 2 0
                                    

"La Sombra del Pasado".

Universo de Gewten 6,000 años atrás.

- Te quiero, y eso nada ni nadie lo cambiara jamás. Te protegeré por siempre -decía un joven tomándole la mano a la doncella que tenia a la par-.
- Yo también, te quiero. Contigo he pasado los mejores momentos de mi vida. Pero tengo miedo que nos separen, nuestros mundos son diferentes, sí llegara a pasarte algo, no me lo perdonaría jamás. -respondía la joven, al momento que dos gotas de lagrimas le salían de los ojos-.
- Todo estará bien, juntos vamos a lograr que nuestros mundos se unan y exista total armonía, nuestros padres entenderán y estoy seguro que nos van a apoyar. Solo hay que buscar el momento adecuado para hablar con ellos. -decia el joven, secándole las lagrimas-.
- Es lo que más deseo, que ambos mundos se unan. Sin embargo, ella estará en contra.
- ¿A quién te refieres? -preguntaba él, al momento que le soltaba la mano a la doncella-.
- Tú la conoces… esta cerca de ti.
- No tengo idea de quien pueda ser. En Dunjun todas las personas son fieles al reino de mis padres y a mi.
- Sin embargo, no todos lo son… debes ver algo.
- Dime ¿Qué es? -decía el joven intrigado-.
- Ven conmigo -respondía la joven, mientras lo tomaba de la mano y se dirigían hacia el jardín-. 

Londres, Inglaterra, 2019.

Ellen se levantó de su cama y observo el reloj, se dio cuenta que eran las 2:40 am. Encendió la luz y mientras se sentaba en su cama, empezó a pensar en el sueño que habia tenido.

-Es lo más extraño que he soñado en toda mi vida, últimamente están sucediendo cosas demasiado raras. Pero lo que más me preocupa es esa chica de cabello morado. -Se decia así misma  mientras miraba pensativa desde su ventana,  al cielo nocturno lleno de estrellas-.

-Debe haber una explicación para todo esto, en el sueño que tuve no pude verle el rostro al joven. Soñé que yo era la princesa, o quizás tuve ese sueño, porque siempre quise ser parte de la realeza -Decía Ellen al momento que se recostaba en su cama de nuevo y apagaba las luces-.

De pronto, sintió la sensación de que alguien la observaba, esto le inquietaba un poco, así que se levantó y encendió nuevamente la luz, miró por todos lados dentro de su habitación, pero no miraba nada. Cuando se disponía acostarse de nuevo, vio al gato fantasma que se le apareció aquel día, estaba en su cama, viéndola, tenia entre sus patitas, una cadena de plata con dije de rosa. Al momento que Ellen se acercaba, el felino desapareció. Pero la joya quedó ahí, ella la tomó y la miraba detenidamente, se preguntaba así misma:

-¿Cómo puede ser posible que haya dejado algo tan bello y valioso?, pero eso no es lo más extraño, sino… ¿Por qué  a mi? ¿Acaso este dije tiene que ver conmigo? -se decia, mientras miraba extrañada el hermoso dije en forma de rosa, observó que tenia un color rojo muy intenso, pero de pronto torno a un tono más pálido, luego de eso, puso el curioso objeto en su mesa de noche, apago las luces, se acostó y se quedo profundamente dormida-.

Al despertar, Ellen se dirigió a la cocina y se preparó un café, luego tomo asiento, en una de las sillas del comedor, se puso a ver la hora, eran las 7:10 am.

-¡Que temprano he despertado hoy! -decia ella al momento que observaba que en su mano estaba aquel dije, el mismo de la madrugada, que le dejo aquel misterioso felino-.

-No puede ser… pensé que todo era un sueño, pero no lo es. Algo pasa, debo ir a la biblioteca, de seguro ahí encontrare algo, que me ayude a entender todo. Llamare a Bler, espero que acepte ir conmigo, me da miedo que le pase algo, pero debo admitir, que no quiero ir sola. -decia en voz alta, mientras terminaba de tomar su café-.

Eran las 8:30 am cuando Ellen, salía de su casa, habia llamado a Bler, para que fueran juntas a la academia, ya que ahí se encontraba la biblioteca más antigua de la ciudad, y la segunda a nivel nacional. En el camino iba muy pensativa, de repente sintió que alguien la observaba, dio media vuelta, y a lo lejos vio de reojo a la chica de cabello morado, pero no estaba sola… habia alguien más con ella. Ellen empezó a sentir escalofríos, sentía que todo su ser se helaba, era un mal presentimiento. 

Comenzó a correr, lo más rápido que podía. Cuando de pronto alguien la tomo del brazo. Ellen se detuvo, sentía que el corazón le palpitaba cada vez más rápido,  temblando giro hacia su derecha, y se dio cuenta que era Azura. Su compañera de clases. Entonces, su respiración se iba suavizando, su corazón empezó a disminuir la velocidad, y sintió alivio.

-Ellen… ¿Qué tienes? -le preguntaba la rubia, en un tono preocupado-.
-Azura, pues… yo… no se que paso, solo fue un…impulso. -contestaba Ellen tartamudeando-.
-Venias corriendo, muy rápido, como si estuvieras huyendo de algo o de alguien.
- Más bien, de una chica…
-¿Quién es? ¿Por qué huiste? -le decia Azura, al momento que miraba a los ojos a Ellen y le daba un abrazo-.

Ellen, no sabia como reaccionar en ese instante, sin embargo correspondió al abrazo, cerro los ojos, y estaba temblando aún. Azura, seguia abrazándola y no la soltaba, sentía la sensación de protegerla en ese momento. De repente, Ellen abrió los ojos y dejó de abrazar a la rubia.

-Eh… perdóname, debí soltarte al minuto -decia Ellen disculpándose-.
-Oye, tranquila, estabas muy asustada. Pero dime ¿Qué paso?
-Cuando iba saliendo de mi casa, sentí que alguien me observaba, di media vuelta y era una chica de cabello morado, pero no estaba sola, ambas me miraban. Pero no es por el hecho de verlas que me asuste, algo en mi interior me decía que saliera corriendo.
-¿Azura? ¿Qué tienes? Te pusiste muy pálida. ¿Estas enferma? -preguntaba Ellen, tomándola de las manos-.
-Sí… estoy bien. -contestaba dubitativa la rubia-.
-Ellen, me gustaria que fueras hoy por la tarde a mi casa, tienes que saber algo y entre más pronto, mejor.
-Tratare, de llegar, ya que debo hacer algo primero. ¿Dónde vives?
-Tranquila, lo importante es que llegues lo más cercano que puedas, te daré mi dirección -Ella sacó de su mochila, una libreta color rojo y una pluma negra, anoto en cuestión de 1 minuto su dirección y se lo dio a Ellen-.
-Prometo que llegare
-Confió, en que así será, nos vemos Elle, cuídate mucho y trata de no andar tan sola, por acá. -mencionaba Azura, al momento que empezaba a irse-.

Ellen, abrió el papelito y decia:

“Calle 7 Veinsten, casa #8, puerta verde.”

-Woww!! Así que vive ahí, dicen que es un lugar hermoso, pero no entiendo porque quiere que vaya hasta allá. Si todo sale bien hoy, iré luego de investigar en la biblioteca. -Se decía así misma, mientras aguardaba el papelito en su chaqueta-.

-¡Elleeee! Estoy aquí -decia una chica casi gritando-.
-¿Bler? -Ella se dio la vuelta y se fijo que su gran amiga estaba muy cerca-.
-Sí, soy yo, cuando venia caminando a lo lejos, me di cuenta que no estabas sola, habia una chica rubia contigo, no logre verle el rostro. ¿Quién es? -pregunta Bler, un poco extrañada-
-Era Azura -respondía Ellen mirando hacia la dirección donde se habia marchado-.
-¡No puede ser! ¿Es en serio? -decia Bler sorprendida-. ¿Qué más sucedió?

-Es que… estaba corriendo y de pronto ella me tomo del brazo, de primero me asuste, porque pensé que era un desconocido, pero al darme cuenta que era Azura, me relaje. Estaba muy asustada y luego me abrazó.

-¿En verdad pasó? -preguntaba Bler aún sin poder creer lo sucedido-. Pero eso no es lo importante, quiero saber que te provoco ese susto.

Cuando Ellen estuvo a punto de responderle, vio unas sombras que pasaban por las paredes de una tienda cercana, se habían detenido, y pareciera que la miraban a ella, de pronto Ellen comenzó a ponerse muy pálida.

-¿Elle? ¿Qué miras? Me estas preocupando. -la miraba Bler, con mirada de preocupación-.
-Bler… las paredes del otro lado… mira -señalaba Ellen hacia la tienda de ropa del otro lado de la calle-.
-No veo nada amiga. ¿Estas segura que viste algo?
-¿Qué dijiste? Pero… estaban ahí -Ellen vio de nuevo hacia el lugar y efectivamente ya no habia nada-.
-Estoy segura que si, eran unas sombras y me miraban a mi. -agregaba Ellen-.

Cuando se disponía  a pasarse la calle, sintió que su cuerpo comenzaba a helarse de nuevo, la cabeza le daba vueltas, y de pronto comenzó a desvanecerse, cayendo al suelo.

-¡Ellen! ¡Ellen! Despierta porfavor -gritaba su amiga, mientras trataba de hacerla despertar-. ¿Qué tienes? Háblame porfavor, todo estará bien, pequeña reacciona.

-¡ELLE! -una voz a los lejos se escuchaba, gritando su nombre-.
































La Sonrisa que cambió al mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora