Rojo.

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Caminé varias horas en la oscuridad, intentaba buscar un camino un poco mas firme para subir la montaña y lo encontré. Aveces en los días festivos el pueblo como tradición sube la montaña por ese cendero en el que me encontraba, no parecía tan temible de día pero así es la noche....en la noche las emociones se sienten mas, al menos las luces de las estrellas y de las muy iluminadas ciudades eran todavía visibles a mis espaldas.

Al admirar la parte baja del cendero noté un ruido de muchas personas tocando tambores y cantando, "talvez sea mi día de suete" pensé que podría subir con ellos pero también pensé que talvez podrían ser personas malas, con negocios extraños.  es raro que alguien venga a un lugar tan alto a esa hora y es muy conocido que la Policía a informado de muchos cadáveres encontrados en este lugar, talvez víctimas del narcotráfico, eso decía la policía por la forma cruel de ser asesinados.

Me escondí atras de un árbol y admiré algo mas impresionante que la misma muerte que me había topado hace poco, mi cuerpo empezó a temblar de lo aberrante y espeluznantes de la escena. Era un grupo de seres con deformidades, algunos tenías varios pies y otros diferentes caras en su cuerpo, los ruidos que producían al andar parecía sonidos de vomito y su forma de respirar se asemejaban a convulsiones. Al frente de todos los seres caminaba el más temible e imponente, a diferencia de el horror del aspecto deforme de los demás que parecían que tenían palos por manos y otros simulaban a arañas fusionadas con personas, el que iba adelante de ellos era gigante, con cuernos en todo el cuerpo y varios ojos en sus manos, su piel era como tierra seca, su cara producía tristeza y sufrimiento. algo que tenían todos en común eran heridas en sus espaldas, como si tuvieron alas y se las arracaron, impactado miré al más grande detenidamente y por un momento pensé  que me vio ya que tenía muchos ojos.... escondí mi cabeza detrás del árbol en el que me encontraba y el grupo desaceleró, eso  ya lo noté ya que no escuchaba pasos, segundos despues de deternerse miraron hacia mi dirección pero siguieron su camino.

No había tenido tanto miedo en mi vida,  pensé en regresar a mi casa y en que esto mi amada no lo hubiera querido, no hubiera querido que me metiera en peligro por ella, pero no pasó ni cinco minutos cuando me percaté que un auto subía el sendero, era un taxi, pensé en detenerlo y avisarle de lo que había visto pero era demasiado sospechoso que un taxi subiera hasta aquí, por la distancia recorrida era un gran pago Monetario lo qué le tocaría al taxista.
Ademas yo nunca había visto ninguna casa más arriba de donde me encontraba,
Por esto no lo detuve.
Aun así no pude esconderme rápido y el taxi se detuvo a mi lado.

El taxista, una persona muy anciana para conducir un vehículo a esta hora abrió su ventana, me vio y me preguntó si me encontraba bien, yo lo miré y también intente observar a los pasajeros antes de contestar. Había una pareja, el hombre se veía un poco sospechoso pero la mujer no parecía mala persona, parecía una mujer bastante respetable.

-hola señor - contesté un poco preocupado-, no se preocupe, estoy camino hacía la cima de esta montaña como una promesa de navidad, no se preocupe por mi.

-¿a esta hora? -me preguntó un poco preocupado.

En ese momento el taxi, que era bastante viejo falló, se apagó, fue algo malo pero talvez eso hizo que nuestras vidas se salvaran a continuación.

El señor bajó, me saludó, me preguntó mi nombre y yo le pregunté el de él, se llamaba Andrés pero muchos en su pueblo lo llamaban cuchi, era de uno de esos ancianos que hablan mucho pero que son buenas personas.

-quiero estar en la cima al final de la noche señor pero no le pediré que me llevé, de hecho vi algunas personas sospechosas subiendo la montaña y le digo que no es seguro subir (no le iba a contar lo que vi, me tomaría por loco). -se lo dije mientras intentaba arreglar algo de su auto para que pudiera arrancar.

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