Te busco

Descolorido.

-¿Que hiciste? -decía el demonio al ver lo que había pasado, Dan se encontraba atravesado por una espada blanca, lo habían apuñalado por la espalda y la punta de la espada chocaba con el libro donde el joven que estaba de rodillas muerto había escrito, su sangre se dirigía hacía el libro pintando el arma de un completo rojo.

-¡tú montaste todo esto maldita muerte!. Gritaba el rey del infierno. Ella se encontraba con tranquilidad, se hacía cada vez más pequeña hasta tener un tamaño humano.

-si, he convencido a miles de personas a subir aquí desde hace mucho, usaba sus mayores sueños y esperanzas para que tuvieran la voluntad, además los maldecía para que no pudieran bajar.

-el dragón está apunto de revivir, ¿que querías con eso idiota?

-quiero que el mundo muera ya. El fin del mundo empieza por la liberación del dragón de la montaña, en ese momento tu tendrás que pelear con miles de angeles y perderás, tú no querías que lo liberara pensando que podrías hacerte más poderoso con más tiempo para incrementar tu maldad y el numero de tu Ejército, pero han pasado miles de años y hasta un perro maldito te derrota, eres un inútil. El demonio enojado sacó su espada, la muerte que ya preveía el enfrentamiento se convirtió en un caballero que usaba de arma una pequeña cuchilla demoníaca que le había quitado al joven que se encontraba muerto en ese lugar .

-te has revelado, nadie podía controlar cuando ocurriría este día pero aun así lo hiciste -la muerte quiso decir su verdad antes de pelear.

¿Porque me crearon?
-hace miles de años nací, fuí creado junto con la vida mortal humana y desde ese momento fuí invadido por tristeza, enojo y frustración.  Mi nombre era motivo de pena y llanto, así mis sentimientos de odio fueron creciendo por la maldad humana, se me dio el don para la justicia pero aunque podía entrometerme en ayudar almas buenas y salvar cientas de vida, por otro lado el ser humano anhelando poder me traía enfrente de millones de personas que no decidieron estar ahí. El poder y el dinero crean genocidios mediatos todos los días, en estas guerras de poder la cabeza nunca pierde, pero el cuerpo pobre y desnudo se cae y sufre desnutrido mientras los de arriba celebran felices, los pobres no deben sufrir por los ricos pero así como la gravedad no es un derecho sino una ley también lo es que los poderosos mueren de último.

En estos momentos no encuentro personas buenas, personas valientes que quieran dar su vida por los débiles sin anhelar la gloria y la fama. Es por eso que este dolor fue aumentando hasta llegar al punto donde estoy. Pense que si liberaba al dragón se acabaría todo, la humanidad se extingiría y ya no habría sufrimiento, ya no nacería nadie más pero tampoco moririan.

El deminio choco su espada sobre la de la muerte rompiendo el arma de su contrincante a pedazos. -eres un estúpido -dijo el atacante-, te revelarse por un sentimiento tan humano como ese, saca tú espada de la espalda de ese humano y peliemos de verdad, ¿o que no sabes que en el apocalipsis nuestras espadas se enfrentaran? ese perro estúpido que creaste para traicionarme no fue nada para mi y menos tú lo serás escoria.

La cuchilla creció hasta ser del tamaño de una espada, esta se regeneraba pero aún así con cada ataque se rompía, no se comparaba con la dureza de la espada roja demoníaca. La muerte aun así pudo preveer varios movimientos y apuñalar en el corazon a su enemigo. La muerte pensó en la afirmacion tan ilógica de la muerte.

-yo no creé ningún perro, Él solo fue parte de mis planes, fue una coincidencia saber que antes de ser maldecido por algún deminio era la mascota de  este muchacho que maté. El rey demonio se levantó y gritó mientras destruyó los pies de la muerte -estúpido, eres un estúpido, tú sabes bien que en nuestro mundo no hay coincidencias -decía esto mientras lo apuñalaba miles de veces y gritaba frustrado.