Capítulo 3

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Saco el teléfono del bolso y oh dios mío tierra ábrete y trágame pienso a la vez que agrando mis ojos al máximo.

—Vanessa que sucede— me pregunta Luana por enésima vez.

Y puedo jurar que llevo ya varios minutos leyendo el mensaje de mamá una y otra vez.
"Te espero a ti y a Gabriel luego de clases en el café de siempre."

Eso es lo que dice el mensaje pero qué diablos le sucede a mi madre.

Luego de otro tiempo más de seguir mirando fijo el teléfono decido levantar la vista del celular para toparme con los ojos oscuros de Gabriel, el cual vale decir está muerto de risa, ¡es su funeral, hoy lo mato!

—Te espero luego de clases, a las 6 de la tarde, afuera de mi facultad llegas un minuto tarde y te quedas, ¿entiendes di Celmo?— digo entre dientes.

—Lo que usted diga señora— expresa y se va de vuelta a su mesa aun riéndose.

— ¿Cómo alguien te puede alterar tanto, eh?— le pregunto a las chicas que me observan como si me hubiera poseído algún demonio o me hubiera salido un tercer ojo.

—Qué dice el mensaje Vanessa— pregunta Greta en tono de preocupación agrandando sus ojos color miel.

— Véanlo  ustedes mismas— le respondo dándole el celular.

—Oh mi dios— expresa Valeria que al parecer es la única que no se ha quedado sin habla.

—Sí, lo sé, ¿ahora comprenden mi ataque de histeria verdad?

—Pero dime, ¿vas a ir?— dice Luana.

—Obvio que si— respondo entre dientes –no puedo pelear otra vez con mamá.

— ¿Por qué esa respuesta me da miedo?,  bueno no es la respuesta solamente,  en realidad en este instante tu eres la que da miedo, ¡te has calmado muy rápido!— dice Valeria.

—Ni idea, supongo que es mejor calmarme si no juro que ahorco a Gabriel— digo a la vez que observo hacia su mesa.

—Creo que lo mejor es irnos hacia clases antes de que cometas un asesinato— dice Greta a la vez que me toma de la mano para irnos.

—Chicas nos vemos luego si— les digo mientras sigo a mi amiga.

—Ahora si— me dice Greta la cual detiene su paso en el jardín de la facultad—me vas a decir a que estás jugando, te conozco Vanessa, conozco esa mirada en tu rostro, y como tu amiga aconsejo, cuidado con él o no recuerdas la última vez que pasó.

—Tienes alucinaciones Greta, ¿verdad?— le digo con una sonrisa –y por favor no me recuerdes más el pasado, dejémoslo dónde se debe quedar.

—Sabes que tengo razón pero bueno respeto tu palabra cuando quieras hablar del asunto aquí me tienes— expresa mi amiga.

—Ok, pero por ahora asunto terminado, ¿sí?— le suelto —y sé que te tengo para todo, estuviste para mí desde el principio, gracias— digo abrazándola.

—Mejor vamos hacia la clase, ¿sí?— me dice luego de terminar el abrazo.

—¿Tú quieres entrar ya a la conferencia?— pregunto con curiosidad.

—Es mejor que quedarnos aquí en el sol aunque con la suerte que traes capaz y hasta capaz te caigas de las escaleras al subir— expresa riéndose a mares.

—Ojalá sucediera pero eso sería suerte y no desgracia, debido a que si eso sucediera no tendría que ver al idiota y créeme eso no va a suceder.

Y tenía razón no tengo tanta suerte pues aquí estoy afuera de la facultad parada debajo de un árbol esperando a Gabriel el cual lleva ya un buen rato despidiéndose de su novia la cual acabo de descubrir que estudia farmacia, es decir es mi vecina de la facultad de enfrente y la cual no para de mandarme miradas asesinas.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2020 ⏰

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