Capítulo 1.
Día soleado, despejado y caluroso perfecto para que cualquier joven esté en la playa pero no, yo estoy en un restaurante cerca de la costa con mis padres almorzando lo cual sería también fascinante si consistiese en un almuerzo normal y eso es obvio que no. Mis encantadores padres están discutiendo mi compromiso y actúan como si les estuviera prestando atención cosa que dejó de suceder hace más o menos media hora. Solo me estoy concentrando en mantener mi fuerza para no echarme a llorar ante esta situación tan irónica.-Vanessa- mi madre interrumpe mis pensamientos -que piensas acerca de esto, no has dicho ni una palabra.
''No sé tal vez de que ambos están locos'' digo para mis adentros -no sé mamá a mí me da igual pero no sé si estará de acuerdo Gabriel-.
Mi madre suelta un bufido y agrega -no te preocupes por eso querida cuando sus padres hablen con él cambiará de opinión.
Por dios y a mí que me importa eso además de que dudo que Gabriel haga eso, digo para mis adentros.
-Lo mío con Aiden tiene que terminar verdad- digo con una voz neutral lamentándome seriamente.
Mi mamá toma mi mano y me mira con esos cautivadores ojos verdes -si cariño, pero tómate tu tiempo sé que esto es algo nuevo para ti.
-Papá ya nos vamos- expreso mirando a mi padre el cual no ha dicho ni una sola palabra y de paso evadiendo el dolor que todo causa en mí.
-Claro cielo pago la cuenta y te llevo a la escuela.
Mi padre conduce por las abarrotadas calles, mamá va en el asiento del copiloto y yo voy en el asiento trasero concentrada escuchando música en mi teléfono.
Las clases no comienzan hasta las dos y todavía falta alrededor de media hora así que cuando me despido de mis padres en el aparcamiento de la universidad y voy hacia mi facultad.
Todavía no hay muchas personas por el campus, agarro mis libros de Civil del bolso para marcar la clase de hoy y me encamino a subir las escaleras para entrar por el camino más corto que conduce al edificio de Leyes.
-Ya lo sabes, ¿verdad?- escucho una voz detrás de mí en las escaleras y me giro para ver de quien se trata.
Y mi sorpresa es grande, al ver que es Gabriel.
-Si lo sé- respondo en tono frío.
-¿Feliz?- pregunta molesto enarcando una ceja.
-¿Qué te hace pensar eso?- le respondo con otra pregunta a la vez que entrecierro los ojos.
-A qué lo planeaste, debe ser parte de tu venganza contra mí- responde cortante.
-Te volviste loco- digo enarcando ahora yo una ceja.
-No, no me volví loco- expresa -la verdad es que estoy muy cuerdo pero no te vas a salir con la tuya.
Y en ese instante no sé por qué pero empiezo a llorar, tal vez se debe a que llevo reteniendo los deseos hace media hora y que se aparezca el idiota solo agrava el problema o tal vez es debido a que tengo que renunciar a lo único bueno que me queda en la vida, Aiden.
-No entiendo- empieza a balbucear pero no se acerca a mí para calmarme.
-Que no entiendes- digo -que no soy la mala de la historia o que es un trato entre nuestros padres- agrego secándome las lágrimas que atrevidamente salieron -en serio piensas que me quiero comprometer contigo- expreso prácticamente gritando sin importarme que alguien escuche nuestra discusión.
Ante esto el sólo se queda allí de pie sin decir otra palabra aparte de mirarme fijo y por ende decido seguir caminando a la clase de Civil.
Tomo asiento en la segunda mesa como es costumbre y Greta todavía no ha llegado.
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Mi secreto es él
Ficção AdolescenteUn día el destino y el karma decidieron jugar juntos, y salir a ponerle tres puntos a lo que ellos, o mejor dicho ella le había puesto un solo punto. La preparatoria terminó hace ya dos años, ya no son niños están creciendo un poco, o tal vez ya hab...