Prologo: Papá, ¿Porque yo no tengo una mamá?

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Era un día caluroso de Mayo en la ciudad de Gomez Palacio, el sol estaba en su maximo punto y el polvo era movido por la calle por el caliente aire que soplaba.

Ese día, la casa #11 de la calle Navo no se veia menos afectada por el calor que las demas, las ventanas estaban completamente cerradas y habia al menos 3 ventiladores funcionando simultaneamente: uno en la cocina donde estaba preparando la comida Daniel, uno en la sala donde no se encontraba nadie y se habia quedado olvidado y uno más en la habitacion de la pequeña Aurora que habia subido a cambiarse el uniforme del kinder e intentaba salir del enredo en el que estaba metida con una playera azul muy dificil de poner. La niña solamente no se daba por vencida con esa problematica playera para no verse en la desonrra de admitir que aun no se podia vestir sola sin la ayuda de su padre.

A la 1 de la tarde, Daniel puso el primer pie en la escalera para subir a llamar a Aurora para la comida cuando escucho un estruendoso grito.

-PAPÁAAAAAAAAAAA

Eso lo puso en maxima alerta, subio los escalones de dos en dos y corrio a la habitacion del fondo más rapido que cualquier rayo para entrar y ver a su niña tirada en el piso con una playera azul mal puesta. Tenia el brazo izquierdo saliendo por el agujero correcto pero el derecho salia por el orificio de la cabeza y la cabeza se encontraba atorada intentado salir por el orificio del brazo derecho.

La pequeña niña de cuatro años se habia encontrado en la pena de admitir su derrota ante la prenda.

Daniel con un suave suspiro de alivio se inclino para de un tiron liberar a su hija de su prision y ver que ya tenia los ojos rojos y la nariz moqueando por un llanto no escandalozo pero si muy visible.

-Ya no quiero esa playera, esta muy defectuosa.

En efecto, Aurora habia subido a cambiarse el uniforme del kinder ella sola, quitarse la faldita habia sido facil, ponerse un short tambien y desabotonarse la camisa fue pan comido. El problema llego cuando intento pasar sus extremidades por la masa de tela azul que habia tomado, pues segun sus calculos, ella habia colocado cada una de ellas en el angulo correcto y solo debia empujar; cuando se topo con que su cabeza se negaba a cumplir este mandato, su primer razonamiento, antes de que quiza habia metido mal los orificios, fue que quiza no estaba empujando con la suficiente fuerza. De modo que la niña siguio jalando la playera intentando meter su cabeza hasta que se le acabaron las fuerzas y con vergüenza llamó a su papá.

Daniel, padre paciente como era acepto el dictamen de su hija más por el hecho de que con tanta fuerza habia deformado la prenda y roto una manga que por explicarle que esta misma no tenia la culpa de su calamidad.

Una vez que Aurora estaba finalmente vestida con una blusa blanca de algodon, la playera azul convertido en un trapo para la cocina y habiendose lavado las manos y la cara, ambos, padre e hija bajaron a comer.

Estaban disfrutando el postre de gelatina cuando la niña señalo al elefante rosa en la habitacion, que hasta el momento parecia haber pasado totalmente inadvertido por todos.

-Papá, ¿porque yo no tengo una mamá?

La pregunta lo tomo tan de sorpresa que casi escupe el bocado que tenia en la boca. Daniel no era tonto, sabia que tarde o temprano tendria que hacer frente a la pregunta y él siendo un hombre adulto, tranquilo y perfectamente capaz de hacer frente a todo lo que se le pusiese en frete, naturalmente, se quedo sin palabras.

Dicha reaccion no paso inadvertida por Aurora y en su mente practica de niña de cuatro años descarto el tema sacando a la mesa la divertida historia de como un niño casi se comia toda la brillantina mientras la maestra no veia.

No fue hasta esa misma noche, a las 8 que era la hora de dormir de Aurora que su padre se lleno de valor para hablar del tema.

Cuando la fue a arropar llevaba consigo un pequeño marco de fotografia y cuando su padre la puso en sus manos ella pudo ver la imagen: Se veian dos jovenes, un chico y una chica, él tenia la piel clara, ojos color miel y un divertido cabello blanco corto, ese chico le recordaba vagamente a alguien, pero no sabria decir a quien. Ella era aun más llamativa, era de tez morena clara y ojos negros enmarcados con un par de lentes de moldadura gruesa, su cabello era una brillante melena azul  electrico que se veia bastante larga y resaltaba junto a sus labios pintados igualmente de brillante azul. Inmediatamente se gano la admiracion de Aurora. En la imagen se veia a ambos jovenes abrazados y acostados en el suelo muy estrechamente y ambos sonreian largamente a la camara que parecia ser sostenida por ella.

-Esa foto es de cuando yo tenia 20 años- dijo Daniel señalando al joven y antes de que Aurora expresara su asombro, señalo a la chica diciendo:

- Y ella era tu madre, Fernanda. Hija, quiero contarte una historia.

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Fin del prologo de esta historia.

Este sera mi primera obra formal y tratare de que tenga tanta credibilidad como me sea posible. Quiero que sea una historia hermosa y real para cada uno de los lectores, por ello reflejare tanto de mi misma y de todo lo que conosco en esta historia.

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Luna Arrabi

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