II

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Hanabatake Yoshiko

Desperté con fatiga después de llorar esa noche, ahora no sabía que hacer para que Akkun me mirara de nuevo y me perdonara después de lo que pasó anoche en esa banca, no lo culpo, fue todo un error que cometí, metí la pata y dañé el momento; él solo quería ayudarme para los exámenes y yo actué como una estupida una vez más, avergonzandolo de mí. 

Siento que debí a ver recogido mi dignidad ese momento luego de incomodarlo y actuar de la forma errónea con él. ¿Por qué me pasa esto a mí?. ¿Acaso no tengo autocontrol?. Definitivamente requiero de ayuda.

Me levanté de la cama con berrinche ya que no tenía ganas de pararme de la cama ni de ir a la escuela luego de lo ocurrido y me miré al espejo.

Yoshiko: Ah... -Suspiré. -Estoy espantosa. ¡Ay solo mírate no mas, Yoshiko!. -Exclamé hablando conmigo misma mientras me observaba de pie a cabeza en el espejo. -¡Ay que ojeras tengo, parezco que me los pintó un oso panda!. Es mejor que me duche rápido o no llegaré a ninguna parte si sigo hablando con un tonto espejo.

Caminé sigilosamente al baño y me apresuré a tomar una ducha tibia dejándome mojar por las gotas que expulsaba la regadera a abrirla con cuidado. Esta vez decidí lavar mi larga melena y usar algo de shampoo y acondicionador para darle un mejor toque. Me encontraba activa en seguida de haberme tomado una ducha. Se sintió como quitar una astilla en tu pie o como dicen muchos: quitar un peso de encima.

Sin dilación, tome el uniforme y lo planché con muchísimo cuidado y posteriormente tomé algunas cosas de mi mochila y rocié un perfume que lo tenía dentro de esta para así rociar en el uniforme recién planchado. No hace mucho tiempo empecé a tratar de independiciarme por mi propia cuenta, hasta ahora hice buenos procesos con la ayuda de Sayaka.

El año pasado Sayaka solía ir a mi casa casi a diario para ayudarme a independiciar por si no llegaba a casarme con Akkun, sin embargo; me contó que si no era posible el amor entre Akkun y yo, podría independiciarme hasta encontrar un nuevo amor pero lo negué ya que mi corazón solamente le pertenecía a él.

Bueno, Sayaka me ha estado enseñando cosas que sabe hacer ella, se podría decirse que quien se casara con ella en el futuro, sería el hombre más amado y afortunado del universo ya que Sayaka sabe de todo incluso cocinar postres riquísimos en la cocina. Me río con tan solo recordar que casi intentando hacer unos macarones y quemé toda la cocina, Sayaka me regañaba como una niña pequeña, ese día reímos un montón aunque al final su mamá terminó regañandonos y mi madre tuvo que pagar los daños por mi culpa. Fue un lindo recuerdo.

Ahora sólo se que puedo hacer algunas cositas gracias a Sayaka-chan, ha sido una gran mejor amiga desde la primera vez que hablamos, suelo hacer tonterías con ella aunque también bobadas solo por las ocurrencias de mi madre pero nos volvimos inseparables después de tanto tiempo.

Yoshiko: -Suspiré. -Ah que bien se siente recordar las enseñanzas de Sayaka-chan. Opps, debo apagar la plancha antes de que... ¡Ah!. -Grité del dolor a sentir el metal caliente quemando mi mano e inmediatamente la apagué. -Ah... eso ardió, me duele una mierda. -La coloqué lejos de mi alcance y fui a verme la mano. -Maldición, ahora tendré que cubrir la quemadura.

Abrí la gabeta a buscar un maletín de primeros auxilios y lentamente me puse una crema antiquemaduras y unas vendas para mantenerla firme, me volteé un segundo y vi la hora en el despertador.

La Nueva Yo [Aho Girl] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora