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Los besos bajaban por su cuello y volvían a subir, aquellos gemidos sonaban a la mismísima gloria, sin duda alguna le encantaba escucharlos, y provocarlos. Subió sus manos hasta el cuello del chico, y apretó este suavemente...

Desperté agitado luego de aquel sueño, notando que llevaba una gran erección justo debajo de mi ropa, era el tercer sueño de esta categoría que tenía con JiSung, me estoy volviendo loco.

Luego de haber tenido aquella conversación con Felix y ChangBin, y reírme hasta que las lagrimas se salieran por mis ojos, dije que ya era hora de prepararme al cien con el asesinato de JiSung, ya no habían más juego, era ahora, o nunca. Debo matarlo, me está convirtiendo en algo que no soy, y esto tiene que acabar.

—Una semana sin verte, pensé que ya te habías aburrido y no ibas a matarme nada. —Dijo el anteriormente mencionado, haciendo que una sonriera de lado apareciera, pero esa sonrisa no duró mucho.

Un segundo después ya me encontraba acorralando a JiSung contra la pared de su habitación, y lo besé. Quiero matarlo, lo juro, pero sus labios son como una tentación, cada vez que voy a torturarlo, es como que más ganas de besarlo me dan.

Mi mano sostuvo con fuerza su cuello, apretándolo, sus manos sujetaban mi muñeca, enterrando sus uñas en ella.

—Te odio, JiSung. —Gruñi, firme, tomando la flecha que había llevado ese día, y la levanté, solo para acercarla a su rostro, y pasarla por su mejilla, y ver como un leve hilo de sangre caía por la misma.

Pasé mi lengua sobre la herida, y luego volví a besar su boca, metiendo mi lengua en un momento, haciendo que el beso se tornara más caliente, con mucho sabor a sangre. Mi mano no soltaba su cuello, en cambio, de vez en cuando lo apretaba con mucha fuerza, otras veces lo acariciaba, u otras veces enterraba mis uñas en él, creando pequeñas marcas.

Con fuerza me separé de sus labios, y lo tiré sobre la cama, su cama. Mi boca pasó a su cuello, mordiéndole con fuerza, creando marquitas alrededor de la zona.

—No, ¡No! ¡Suéltame!—Sollozó. —Por favor...

—¿Sabes por qué no te voy a soltar? Porque desde hace días que estoy soñando con follarte, en este maldito lugar, ¿sabes? Quiero oírte gemir, quiero escucharte jadear, sollozar, quiero provocarte placer, ¿entiendes o tengo que hacerlo en serio para que lo entiendas?—Dije, bajito, sobre su cuello. —Te deseo, y por eso te odio, Han JiSung. Por provocarme.

Mi boca se movió en algunos lugares que sabía que a los hombres nos gustaban que mordieran, o jugaran con esas zonas, por ejemplo, las clavículas.

Las clavículas de JiSung eran marcadas, luciendo varoniles. Mi boca se posó sobre una de ellas, y la mordió, gracias a la acción, pude escuchar un suave gemido por parte de JiSung.

Mi boca se movió como una araña cuando la van a matar, el pecho de JiSung está lleno de mordidas, algunas con sangre, y otra que ya parecían pequeños moretones.

Quería quitarme aquella máscara, porque joder, hacía demasiada calor en ese lugar. Pero... cambié de planes.

—Vas a chuparmela, ¿mh? Eso quiero que hagas, como el último sueño que tuve sobre ti.

JiSung volvió a gemir, y luego de eso se arrodilló en el suelo, con sus manos sobre mis muslos, moviendolas unos segundos después hasta mi miembro.

La manera en que su boca se colocó sobre mi pantalón, y besó mi miembro, me hizo gruñir, necesitado de cumplir aquella fantasía. Como si hubiera activado un botón, JiSung terminó de sacar mi ropa, y tomó mi longitud entre una de sus manos, comenzando a moverla rápidamente. Me tumbé sobre la cama, gimiendo algo alto y grave.

Su boca me tomó en menos de lo que me imaginé, y comenzó a crear sonidos húmedos, como si estuviesen salpicando sobre algo. Su saliva mojaba tan bien mi miembro, que el sonido húmedo que creaba me excitaba de una manera fuera de este mundo.

Arriba, abajo, abajo, arriba, esos eran los movimientos que él hacía con su cabeza. A propósito, a veces levantaba mis caderas, provocando que mi miembro entrase más profundo en su boca, ahogándole, pero lo hacía solo para sentir las pequeñas vibraciones que sentía al soltar bajos quejidos.

—Hermoso, malditamente hermoso, eres tan excitante, joder. —Jadeé con un último movimiento de su boca, y comencé a correrme dentro de la misma, soltando un fuerte gruñido. Cuando por fin pude controlar mi respiración, me senté nuevamente en la cama, él ya había acomodado mi ropa.

»—Un último beso, y me voy. —El se iba a levantar del suelo, pero no le permití. —Ahí, quieto. —Y con eso me acerqué.

Uní nuestros labios en un suave beso, era la primera vez que besaba a alguien tan suave, era tan suave que se sentía como el primer beso de una pareja cliché de una película.

Con ese último beso, me separé, y unos segundos después, ya me encontraba rumbo a mi casa, con una sonrisa en mis labios, y un poco de sangre en mis manos...

My Arrow ❥『MinSung』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora