Hablé con mis papás el 24 de Junio y de ahora en adelante habrán condiciones que no podrán romperse. No les voy a mentir más, y les confesé que yo tenía miedo de contarles mis cosas muchas veces por miedo a ser juzgada, pero ellos reaccionaron bien.
Saben, también... Dios, ahora diciendo todo en voz alta, yo estaba tan nerviosa... y no había analizado el por qué estaba tan nerviosa.
Lo que sucedió ese día. Sábado 15. Fue que, nos juntamos cerca de las cinco de la tarde en el estacionamiento para bicicletas del supermercado, yo había pasado a comprar papitas y bebidas en lata. Estábamos a unos pasos de llegar a su casa cuando me dijo que se había metido en problemas en el colegio; se había metido en una pelea, y hasta me contó que por lo general se ponía a discutir en las duchas. Eso me hizo sentir nerviosa, me asustó sentir que podía llegar a ser violento con otras personas, Nunca me había dicho algo así. ¿Por qué me decía ese tipo de cosas justo antes de entrar a su casa?
La conversación una vez dentro de su casa igual me asustaba de vez en cuando, pero yo no quería ser "paranoica" cuando hizo un par de bromas sobre violación, cuando se rió acerca de que a los hombres igual los violan sus familiares. También dijo que consideraba a la cantante Paloma Mami una puta.
Conversamos como hasta las seis y yo en todo ese rato no me había sacado ni mi chaqueta a pesar de que había fuego en la combustión, hasta que él se quedó callado y encendió el calentador también. Me saqué la cacheta y de ahí se produjo un silencio incómodo hasta que le pedí que se sentara a mi lado y me abrazara.
Nos abrazamos, di mi primer beso y nos besamos en su sillón. No me gustaron sus besos.
Él cerró las cortinas y empezó a besarme el cuello y a tocarme las piernas por encima del pantalón. Él comenzó con pedir ir a su habitación. Me decía que el sillón no era muy cómodo, y yo cedí, pero le dije que no íbamos a pasar de los besos y las caricias por encima de la ropa. Me dijo "te lo prometo", hicimos una promesa con los dedos como en octavo básico, y yo quise confiar.
En su habitación después de intentar hacer que me gustaran sus besos con lengua me dijo que me pusiera encima de él, según había dicho, a eso se le llamaba "quemarropa". No me gustaron sus besos con lengua, se sintieron invasivos, porque metía la lengua como con desesperación. Yo quería ir lento y él hacía todo lo contrario, yo me apartaba a los segundos. Lo quise tomar como algo asqueroso pero divertido al principio.
Y yo le di besitos en el cuello, pero me di cuenta de que no tenía ganas de ocupar la lengua, a pesar de intentarlo. Era extraño, porque yo sabía cómo, porque él me decía cómo hacerlo, pero en el fondo empecé a sentir que no tenía tantas ganas de hacer eso como pensé. Entonces él comenzó a besarme el cuello con lengua y todo, de nuevo, y lo dejé, porque al menos eso se sentía bien, pero me asusté mucho cuando metió las manos debajo de mi pantalón cuando le dije "no". Le apartaba las manos todo el tiempo y le decía "no" "no quiero" tratando de no ser tan cortante y aun así él me seguía manoseando. Hasta que me desesperé porque me sentía muy incómoda y le aparté las manos diciendo "NO" repetidas veces, e intenté bajarme pero él me frenó de alguna manera. Me asusté porque él se veía como molesto pero me decía "tranquila, no pasa nada" y todo era tan nuevo para mí, y recuerdo que pensé algo como "¿estaré siendo muy paranoica? Pero si no quiero que me toque debajo de la ropa, ¿esto es normal? Quizá lo sea, si él se pone de esa manera, quizás estoy exagerando, no sé".
Entonces le dije "te dejo tocar debajo del sostén a cambio, pero no puedes mirar". Me sentí obligada, porque lo que menos quería era que me tocara de la cadera para abajo. Aunque yo sólo me desabroché el sostén, ni siquiera me lo quise quitar, pero él empezó a insistir de nuevo una vez que me tocó los pechos. Me dijo "pero sácate el poleron" y de ahí me dijo "Me gustaría chuparlos". "Sácate el sostén tú". Yo no me saqué ni siquiera la polera que tenía debajo, sólo el sostén. Y yo me veía tan nerviosa e incómoda que él me dijo "mejor voy a apagar la luz así ya no te vas a sentir tan nerviosa" y yo le dije que no quería, hasta le dije "por favor no", y a él no le importó, la apagó igual intentando convencerme, pero encendió la linterna de su celular para ver mis pechos. El comenzó a chuparlos y así y yo le hacía preguntas a cada rato, le preguntaba cosas como "¿estás bien, no te sientes incómodo? ¿...seguro?" Porque yo me sentía incómoda y tenía mucha vergüenza y él en cambio me decía que no, que se sentía bien. Yo en el fondo tenía la esperanza de que si le preguntaba cosas todo el rato se iba a aburrir y esa incomodidad iba a desaparecer.
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15 de Junio
RandomLo escribo, porque escribir siempre me ha ayudado a encontrar soluciones. Y la encontré. No me quedé callada, por amor y respeto a mí misma. Dije la verdad.